Basta y Sobra, el arte de la escenografía de William Kentridge

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Basta y sobra es la exposición del  William Kentridge que se realizó recientemente en el Museo Reina Sofia. Con ésta se buscó explorar la producción plástica del artista  a partir de sus proyectos en teatro, ópera y performance.

 

¿Cómo exponer el proceso artístico?

¿Cómo dotar de vida a escenografías, vestuarios y marionetas?

 

 

Amamos el mundo del escenario, y todo lo que reúne éste, el vestuario, la iluminación, el ambiente y la magia que hay en éstos. Nos imaginamos lo que debe ser poder ver a pocos centímetros, el proceso de creación para cada uno de los elementos y artes que se unen en escena para crear cada obra y nos parece increíble. Por eso les queremos compartir sobre la exposición del multifacético artista William Kentridge.

 

 

El trabajo escénico de Kentridge (Johannesburgo, 1955), galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2017, no se puede entender como un discurso en paralelo al plástico. Al contrario, se trata de una misma esencia que encuentra manifestaciones distintas que se retroalimentan continuamente. La propia evolución de la trayectoria intelectual y profesional de Kentridge, artista poco frecuente en los museos de España, testimonia perfectamente la simbiosis de ambos «mundos».
La importancia otorgada al proceso creativo es otro de los aspectos claves de la producción de Kentridge. Durante la concepción de las piezas mencionadas, se intercalan dibujos, grabados y películas que sirven de punto de partida, son resultado de las mismas o fueron producidas de forma simultánea y complementaria. La muestra reúne una amplia selección de materiales y medios que dan cuenta de estas sinergias entre la obra plástica y escénica del artista, así como de los distintos enfoques y formalizaciones que plantea para cada proyecto. Museo Reina Sofia

 

 

Kentridge es un artista que desde los inicios se dio cuenta de que el proceso de dibujar era un espectáculo autónomo. Así que se dedicó a filmarlo. Sus primeros trabajos audiovisuales registran el paso del carboncillo por el papel de periódico.
Las siluetas describen una narración, siempre asociada a una injusticia o a una historia de opresión; tragedias que tenía muy a mano en su Sudáfrica natal. Sus estudios en política, en historia de África y en arte, se fusionaron desde muy temprano con su trabajo como colaborador con el Junction Avenue Theatredonde se desempeñó como actor, director y escenógrafo alejado de las normas.  Juan José Santos M. Revista La Panera

 

 

Apoyado por un amplio equipo de colaboradores habituales, Kentridge recurre a repertorios europeos existentes y los reinterpreta desde una perspectiva personal, extrapolando con frecuencia las historias a Sudáfrica, reescribiendo los guiones originales para hacerlos permeables a esa realidad. Esta recontextualización permite una reflexión sobre el paisaje distópico de Johannesburgo, tema recurrente cuyo potencial explota el artista una y otra vez a lo largo de su trayectoria. El paisaje sudafricano, tan distinto al del imaginario universal, es puesto en valor como verdadero testigo de la historia.
En Basta y sobra se encuentran los diferentes materiales surgidos tanto en el proceso de creación como los que finalmente son empleados en las escenografías (dibujos, maquetas de escenas, pósteres, marionetas o vestuario), que se exhiben junto con las grabaciones de sus óperas y obras de teatro, y de algunas de las películas que las vertebran, como Right Into Her Arms, el teatrillo en miniatura donde se proyectan algunos dibujos utilizados en la ópera LuluUbú cuenta la verdad, que completa Ubu and the Truth Commission; y Yo no soy yo, el caballo no es mío, las ocho películas que ayudaron a definir la gramática de la escenografía de The Nose y que se incorporan como proyecciones en los interludios musicales, evidenciando las sinergias entre la obra plástica y escénica del artista. Artishock

 

 

Algo de su Trayectoria

Kentridge se trasladó en su juventud a París durante un año para cursar estudios de teatro y mimo. A su regreso a Sudáfrica, en 1982, continuó su trabajo en teatro y en la industria del cine, pero fueron las artes plásticas las que a principios de los 90 le posicionan internacionalmente, obteniendo gran reconocimiento tras su participación en la primera Bienal de Johannesburgo (1995).
Desde esa época ha combinado la práctica del dibujo con el cine y el teatro, convirtiéndose en un artista multidisciplinar que ha cultivado, además, la escenografía, el collage, el grabado, la escultura y el videoarte. A partir de 2003, Kentridge comenzó a interesarse por la escultura y la videoinstalación y a incluir referencias al teatro, la ópera y el cine en sus nuevos trabajos. Museo Reina Sofía

 

 

Fuentes:
Museo Reina Sofia
La Panera
Artishock