La neurociencia reconoce que tenemos siete sentidos, y que nuestra rostro y postura influyen en nuestro cerebro

“Nuestro cuerpo es el instrumento con el que suena nuestra vida, pero es un instrumento que no sabemos tocar. Tenemos que aprender primero a conocerlo, y luego a tocarlo” Nazareth Castellanos

Que interesante esta investigación científica que nos lleva a ahondar y tocar muchos temas importantes a tener presentes hoy sobre nuestra salud y bienestar. Temas  como: la influencia que tiene nuestra postura y nuestros rostros en nuestros cerebro , aprender  que no existen solo 5 sentidos sino 7 y los más importantes son los que menos conocemos.
La importancia que debemos darle a nuestra  consciencia corporal no es un tema nuevo, pero si todas estas investigaciones ayudan para rearfirmar sobre la capacidad que tienen nuestros cuerpos de sanarse a si mismo mediante el conocimiento y la consciencia sobre ellos. Existe un aprendizaje teórico, pero será la propia práctica y experiencia la que nos lleve a ese descubrimiento  para encontrar el equilibrio ya que todos somos distintos químicamente,  cada uno es es único en si mismo, por lo que cada persona tiene que educar su cuerpo y su cerebro para el propio bienestar.

Nuestro cuerpo es complejo, perfecto y está lleno de misterios, cada día podemos ir conociendo y sorprendiéndonos más gracias a personas que se encargan de estudiarlo. Vamos de a poco aprendiendo sobre como podemos ser dueños de nuestros propios cuerpos,  para así moldear nuestro cerebro con instrumentos propios que no sabíamos que estaban ya que no éramos conscientes o no los conocíamos.

 ¿Sabías que nuestra postura y nuestro rostro envían importantes señales a nuestro cerebro y el cerebro  responde a éstas?

La neurocientifica Nazareth Castellanos  cuenta a BBC Mundo que después de llevar 20 años investigando sólo el cerebro, empezó a replantearse la neurociencia, le parecía extraño que la conducta humana sólo se apoyase en un órgano, que era el que está en la cabeza. Antes había comenzado a estudiar la influencia de órganos como el intestino en el cerebro. “Y decía, no puede ser igual para el cerebro que mi cuerpo esté encorvado o que mi cuerpo esté recto”. Entonces empezó a indagar, a ver qué decía la literatura científica; descubrió  cosas que le parecieron absolutamente sorprendentes y pensó, “esto lo tiene que saber todo el mundo” .

«Si yo tengo una cara enfadada, el cerebro interpreta que esta cara es propia de enfado y por tanto activa mecanismos de enfado»

De la misma forma, «cuando el cuerpo tiene una postura propia de estar triste, el cerebro comienza a activar mecanismos neuronales propios de estar triste». explicó la neurocientífica española Nazareth Castellanos, investigadora del Laboratorio Nirakara-Lab, cátedra extraordinaria de la Universidad Complutense de Madrid.

Nuestro cerebro interactúa con el resto del cuerpo en muchas más formas de las que se pensaba, y es que «no tenemos solo cinco sentidos, sino que tenemos siete«, señaló la científica. Y los cinco sentidos más conocidos, el gusto, el olfato etc, «son para el cerebro los menos importantes».

Nazareth cuenta que lo importante es entender que ahora la neurociencia reconoce que tenemos siete sentidos.

En la escuela siempre nos han enseñado que tenemos cinco, el olfato, la vista, el oido, el tacto y el gusto, que son los sentidos de la exterocepciónes decir, lo de fuera. Y esto es muy simbólico, porque hasta ahora la ciencia ha estado más interesada en estudiar la relación del ser humano con lo de fuera.

Ahora la neurociencia ha dicho desde hace como unos cinco años que hay que ampliar esto. No tenemos solo cinco sentidos, sino que tenemos siete. Y resulta que los cinco sentidos de la exterocepción, el oído, etc- son los menos importantes. El número uno, el sentido más importante, es la interocepción.

¿Qué significa interocepción?

Es la información que le llega al cerebro de lo que sucede dentro del organismo. Lo que está pasando dentro de los órganos. Estamos hablando del corazón, de la respiración, del estómago, del intestino. Es el sentido número uno porque de todo lo que suceda es a lo que el cerebro le va a dar la máxima importancia, es prioritario para el cerebro.

Y el número dos en prioridad es el sentido de la propiocepción, la información que le llega al cerebro de cómo está mi cuerpo por fuera, la postura, los gestos y las sensaciones que yo tengo a lo largo de mi cuerpo. Por ejemplo, las sensaciones en la tripa cuando nos ponemos nerviosos, o un nudo en la garganta, o la pesadez de ojos cuando estamos cansados La propiocepción es el segundo sentido más importante. Y luego vienen los cinco.

 «Cuando yo frunzo el ceño estoy activando mi amígdala…cuando llegue una situación estresante se va a hiperactivar, y esto hará que yo hiperreaccione».

«Si yo tengo una cara enfadada, el cerebro interpreta que esta cara es propia de enfado y por tanto activa mecanismos de enfado»

Entonces la interocepción y la propiocepción son los sentidos primero y segundo para el cerebro. Ya se conocía que el cerebro tiene que saber cómo está todo el cuerpo, pero antes se pensaba que era una información pasiva, el cambio ahora es que esto es un sentido. Es decir, un sentido es aquella información que el cerebro recibe y a la que debe responder.

Según lo que esté sucediendo, el cerebro tiene que actuar de una forma o de otra, y este es el gran cambio.

¿En qué parte del cerebro percibimos nuestra postura o gestos?

En nuestro cerebro hay una zona que es como una diadema, como la que te pones para retirarte el pelo. Esto se llama la corteza somatosensorial, y allí está representado mi cuerpo.

Esto se descubrió en el año 1952, y lo que se pensaba es que aquellas zonas que son más grandes en nuestro cuerpo tienen más neuronas en el cerebro. Por tanto, lo que se pensaba es que a la espalda, que es muy grande, el cerebro le dedicaba muchas más neuronas que, por ejemplo, a mi dedo meñique.

Pero se descubrió que no, que el cerebro da más importancia a unas partes del cuerpo que a otras, y a lo que el cerebro da más importancia de todo el cuerpo es a la cara, a las manos y a la curvatura del cuerpo.

Entonces mi dedo meñique tiene como cien veces más neuronas dedicadas a él que toda la espalda, que toda la pierna, porque las manos son muy importantes para nosotros. Fíjate que cuando hablamos estamos utilizando las manos, estamos activando esas zonas del cerebro.

¿Cómo influye el tema de la postura y el uso de celulares  en el cerebro?

El cerebro, y esto es un descubrimiento de hace tres meses, tiene una zona que está dedicada exclusivamente a ver la postura de mi cuerpo.

Lo que se ha visto es que hay posturas del cuerpo que el cerebro asocia a un estado emocional. Si yo, por ejemplo, muevo los brazos arriba y abajo el cerebro no tiene un registro de que subir una mano sea algo emocional, porque no solemos hacerlo, ¿verdad?

Sin embargo, estar encorvado es algo propio de estar triste, y es así, cuando estamos mal, nos encorvamos. Ultimamente todos adquirimos posturas encorvadas, porque pasamos ocho horas al día frente a un ordenador, entre otras cosas.

¿Por qué la postura es importante y cómo influye en el cerebro una postura encorvada?

Cuando tenemos una postura encorvada esto afecta a la percepción emocional que tenemos del mundo y a la memoria. Y aquí es donde se hizo un famoso experimento donde se cogió unas personas y se les puso un ordenador portátil, un laptop, a la altura de sus ojos, y aparecían una serie de palabras.

Al final se cierra el ordenador y les dicen, dime cuantas palabras has recordado. Y hacían lo mismo, pero poniendo el ordenador en el suelo de tal forma que obligaba a las personas a encorvarse.

Lo que se vió fue  que cuando el cuerpo tenía la postura hacia abajo, encorvada, las personas recordaban menos palabras, es decir, perdían capacidad de memoria y recordaban más las palabras negativas que las positivas.

Es decir, que igual que cuando estamos tristes, que no estamos tan ágiles cognitivamente y nos fijamos más en lo negativo, cuando el cuerpo tiene una postura propia de estar triste el cerebro empieza a activar los mecanismos neuronales propios de estar triste.

Cuando estamos encorvados respiramos peor, ¿Cómo influye la respiración en el cerebro?

La respiración es un aliado que tenemos completamente en nuestra mano, pero no sabemos respirar.

La postura y la respiración están íntimamente relacionadas. Si cuidas la postura cuidas la respiración, entonces lo que se ha visto en la neuroanatomía de la respiración es que la respiración influye en la memoria, en la atención y la gestión de las emociones. Pero cuidado, si es nasal, si la inspiración es por la nariz.

Si inspiramos por la boca, y gran parte de la población es respiradora bucal, no tenemos tanta capacidad de activar al cerebro.

El cerebro necesita que le marquen ritmos y la respiración es uno de los marcapasos que tiene nuestro cerebro para que las neuronas generen sus ritmos, sus descargas eléctricas. Si respiramos por la boca es un marcapasos atenuado. Tiene que ser la inspiración por la nariz.

Cuando inspiramos, por ejemplo, el momento en el que más memoria tenemos es el momento en el que estamos inspirando por la nariz, en ese momento está activado el hipocampo.

Si a ti te dicen algo, una palabra, en el momento que ha coincidido con la inspiración, tiene más probabilidad de ser recordada que si te la dicen cuando estabas echando el aire, en la exhalación. Esto nos habla de una cosa muy interesante que es la respiración lenta. Normalmente respiramos muy rápido.

¿Cuán importante es la respiración lenta?

Nosotros acabamos de publicar un estudio científico sobre el poder de la respiración lenta como analgésico en casos de dolor crónico por discopatía (deterioro de los discos entre las vértebras). Y para las emociones lo importante es que el tiempo que tardamos en exhalar, en sacar el aire, sea más largo que el tiempo que tardamos en inhalar. Fíjate qué importante, cuántas cosas podemos hacer con nuestro propio cuerpo.

¿Cómo influyen en el cerebro los gestos de la cara?

El cerebro da una importancia tremenda a lo que sucede en la cara. Aquí se han visto cosas que son muy importantes. Por una parte se vio que las personas que fruncen el ceño (y esto es algo que hacemos mucho con los móviles que tienen pantallas pequeñas) están activando una zona relacionada con la amígdala. Es una parte del cerebro que está en zonas profundas y que está más involucrada en la emoción.

Cuando yo frunzo el ceño estoy activando mi amígdala, por tanto, si llega una situación que es estresante me voy a excitar más, voy a reaccionar más, porque yo ya tengo esa zona preparada. La amígdala, que es como una almendra, es una zona que cuando llega una situación estresante se activa, crece más. Entonces es una zona que es mejor tener calmada. Pero si ya está activada, cuando llegue una situación estresante se va a hiperactivar, y esto hará que yo hiperreaccione. Intentar suavizar esta parte, el ceño, desactiva un poco nuestra amígdala, relaja.

¿Cuál es el poder de una sonrisa?

Se ha visto que cuando vemos a personas sonrientes somos más creativos, aumenta nuestra capacidad cognitiva, la respuesta neuronal ante una cara sonriente es mucho más fuerte que ante una cara que no sonríe o una cara enfadada.

La ínsula, que es una de las zonas del cerebro más involucradas en la identidad, se activa cuando vemos a alguien sonreír o cuando sonreímos nosotros mismos. Sonreír no es reírse, es diferente. Entonces vemos el poder que tiene una sonrisa sobre nosotros, porque el cerebro, como hemos dicho, dedica una gran cantidad de neuronas a la cara.

La propiocepción, que es la información que le llega al cerebro de cómo está mi cuerpo y en concreto de la cara, es una información a la que el cerebro tiene que reaccionar. Si yo estoy triste, si me enfado, si estoy alegre, mi cara lo refleja, pero al revés también. Si yo tengo una cara enfadada, el cerebro interpreta «esta cara es propia de enfado por tanto activo mecanismos de enfado», o «esta cara es propia de estar tranquila y por tanto activo mecanismos de estar tranquila».

Es decir, el cerebro busca siempre lo que se llama la congruencia mente – cuerpo. Y esto es interesante porque ¿qué pasa si yo estoy triste o estoy enfadada, estresada, y empiezo a poner una cara relajada? Al principio el cerebro dice «esto no cuadra, está nerviosa pero pone una cara relajada». Y luego empieza a generar algo que se llama la migración del estado anímico. El cerebro dice, «vale, pues intento adaptar el estado anímico a la cara».

Además de la musculatura alrededor de los ojos, la segunda parte importante para el cerebro en la cara es la boca. No somos conscientes del poder que tiene, es impresionante. Mira el estudio que hicieron aquí

«La respuesta neuronal ante una cara sonriente es mucho más fuerte que ante una cara que no sonríe».

¿La  conciencia corporal ayudaría para las emociones difíciles?

Cuando me pongo nerviosa, por ejemplo, siento algo en el estómago o un nudo en la garganta. Todo eso lo está sintiendo mi cerebro, lo recibe. Cuando yo soy consciente de esas sensaciones, esa información que le ha llegado al cerebro es más nítida, y por tanto, el cerebro tiene más capacidad de discernir una emoción de otra. Es decir, una cosa es ese susurro casi no consciente y otra es hacerlo palabra. Y eso lo hacemos con la consciencia, que también es una aliada en la gestión de las emociones. Porque cuando estamos metidos en una emoción, sea la que sea, si en ese momento paramos y desviamos la atención a las sensaciones del cuerpo, esto nos alivia mucho. Es una de las formas de relajarnos, de frenar esa vorágine en la que nos metemos cuando tenemos una emoción. Esto se llama la consciencia corporal.

Ya en los años noventa Antonio Damasio, el gran neurocientífico de nuestro tiempo, nos hablaba de las bondades que tiene ese marcador somático. Él ha hecho muchos experimentos donde se ha visto que las personas que tienen mayor conciencia corporal toman mejores decisiones.

En mi opinión, esto es así porque no es que el cuerpo te diga dónde tienes que ir, sino que te dice dónde estás. Y si estamos en una situación que es compleja y hay emociones de por medio y yo misma no sé ni dónde estoy o qué emoción tengo, es más difícil que yo pueda saber a dónde tengo que ir. Las emociones son muy complejas y normalmente están mezcladas. Poder identificar una emoción sólo con un análisis mental es más difícil que si lo hago observando mi propio cuerpo. Pero claro, para eso hemos tenido que entrenarnos, a lo largo del día observar las sensaciones del cuerpo, cuando estoy cansada, cuando estoy contenta, cuando estoy más neutra, cuando estoy enfadada, cuando me agobio. ¿Dónde lo siento? Esto nos ayuda mucho a conocernos.

¿Qué hacer para aprender a escuchar los susurros del cuerpo? ¿cómo hacemos para entrenarnos en escuchar más a nuestro cuerpo?

Yo creo que lo primero para saber cómo está nuestro cuerpo es aprender a observarlo. Y lo que nos dicen los estudios es que gran parte de la población tenemos una conciencia corporal muy baja. Por ejemplo, cada vez que nosotros sentimos una emoción, esto lo sentimos en alguna parte del cuerpo, las emociones sin el cuerpo serían sólo una idea intelectual.

Hay estudios en que se pregunta a la gente, ¿cuando usted está nervioso, donde localizaría en su cuerpo esa sensación? Gran parte no sabe responder, porque nunca se ha parado a observar su propio cuerpo. Entonces lo primero es, a lo largo del día, pararse a observar, ¿cómo esta mi cuerpo? Y cuando sintamos una emoción pararse un momento y decir ¿dónde la localizo? ¿Cómo siento mi cuerpo en este momento? Es decir, hacer mucha más observación corporal.

«Antonio Damasio ha hecho muchos experimentos donde se ha visto que las personas que tienen mayor conciencia corporal toman mejores decisiones».

Para escuchar los susurros del cuerpo, tenemos que entrenarnos y «a lo largo del día observar las sensaciones del cuerpo, cuando estoy cansada, contenta o enfadada, ¿dónde lo siento? Esto nos ayuda mucho a conocernos».

Algunas conclusiones personales

Para resumir este interesantísimo estudio concluimos en que la ciencia nos dice que a lo largo del día hay que ser más conscientes del propio cuerpo e ir corrigiendo esos malos hábitos que hemos ido adquiriendo que nos llevan a enfermedades que podemos evitar tan solo con conciencia  y buenos hábitos. 

En mi camino hacia mi propio bienestar en medio del bombardeo de estímulos y después de muchos años  experimentando y leyendo sobre varios temas para conocer más mi cuerpo,  leo esta nueva investigación y  siento que hay  un gran trabajo por delante en cuanto a conocer nuestros cuerpos, un lindo trabajo de conocimiento y sanación

Me hizo muchísimo sentido toda esta interesante investigación, solo detengámonos a analizar como nos sentimos cuando estamos en diferentes posturas durante el día, o cuando hacemos conscientemente ciertas posturas que nos hacen sentirnos mejor, en yoga o diferentes ejercicios.   Ahora que hacemos más consciente de cómo esto influye en tu cerebro, te hace más sentido en como te sientes en diferentes situaciones. Fíjate en tu día a día y en lo que estés haciendo ahora pregúntate ¿cómo está tu cuerpo? ¿erguido o encorvado? Y tu rostro, ¿está relajado o tienes el ceño fruncido?

 

 

Que  importancia hay que darle también hoy a la posturas frente a los celulares, un temazo! A preocuparnos más sobre esto porque los celulares están dejando nuestras posturas pésimo y de pasada nuestro bienestar se ve afectado, nuestro cerebro lo lee, le llegan los mensajes, y lógicamnte se producen bloqueos, porque es algo del día a día, todo el tiempo, así que a tener consciencia de la postura que tenemos cuando estamos en los celulares.

Personalmente  soy una persona que me cuesta mucho estar derecha, y  siempre he sentido que no me hace bien, siento los bloqueos y que la energía no corre por mi cuerpo como debería, el ballet me ayuda mucho para esto, entonces ahora que leo esto será una mayor motivación para empezar a tener más consciencia de ella cada vez porque más que antes se la importancia y como afecta a mi bienestar general. Hay que aprender a observarse, a tener consciencia. Yo me pongo este objetivo, ¿Te sumas? Y vemos como te sientes en un tiempo más.

Me quiero detener también a analizar el  punto de la importancia y sensibilidad de ciertas partes del cuerpo a las que  el cerebro le da más importancia, como la cara,  las manos y  la curvatura del cuerpo,  en cuanto a las neuronas que tienen y los efectos que pueden tener en nuestro salud. Darse cuenta que tocar ciertas partes que a veces no tomamos en cuenta pueden tener muchos efectos en nuestra salud, es algo donde tenemos que darle más  atención. A veces no le damos mucha atención, sobre todo en los dedos que la superficie es tan pequeña. Sobre las manos si había leído el porque hacía muy bien trabajar con ellas,  ahora que leo esto me hace mucho más sentido, sobre todo se me viene a la cabeza el tema de los mudras en meditación,  creo que al saberlo tendré más consciencia  cuando los haga en la meditación Kirtan Kriya que realizo diariamente, que interesante!!

Y hablando del tema de la meditación leyendo más sobre Nazareth Castellanos encontré que también tiene una investigación sobre la meditación muy interesante, ya subiré otro artículo sobre eso. “La meditación cambia la neuroanatomía del cerebro, y esto repercute en muchas facetas de la psicología, en cómo nos vemos a nosotros mismos, en nuestras emociones…” dice 

Ya sabemos y aquí queda demostrado lo importante que es el como esté nuestro rostro y nuestra postura para nuestro estado de ánimo y bienestar, y como influyen en nuestro  cerebro, y la importancia de estos dos sentidos más desconocidos.  Así que a preocuparnos más sobre estos temas porque tal vez pueden cambiar muchas cosas en nuestra vida gracias a esto, vamos de a poco educando el cerebro y teniendo más consciencia corporal,  a reír más y tener mejor postura que esto influye mucho en nuestra bienestar que nos llevará a encontrar nuestra belleza integral.

Sobre Nazareth Castellanos

Nazareth Castellanos es neurocientífica y directora de investigación del laboratorio Nirakara y cátedra extraordinaria de Mindfulness y ciencias cognitivas de la Universidad complutense, donde se dedica a estudiar de los mecanismos neuronales implicados en la práctica de la meditación. Además, compagina su labor investigadora con la divulgadora a través de cursos, de las redes sociales y de libros como Alicia y el cerebro maravilloso, en el que explica a niños -y no tan niños- cómo funciona el cerebro y cómo podemos ‘usarlo’ para hacernos sentir mejor. Aquí otros de sus libros

 

Fuente información: BBC Mundo y  20min.es Por Nazareth Castellanos

(No se si estoy en lo correcto, pero estoy casi segura que Nazareth Castellanos fue profesora mía en una clase de neuromarketing y neurociencia cuando estudie Dirección de Arte en Elisava el año 2012. Recuerdo que fue de las clases que más me gustó del postgrado, y lo interesantes de los temas,  y la recuerdo a ella con su pelo ruliento con mucho movimiento y con un desplante para hablar impresionante, la encontré brillante y me marco para siempre. No será una coincidencia encontrarme con ella otra vez ahora en un artículo porque siempre había querido volver nuevamente a investigar y leer sobre estos temas que tanto me gustan. Espero no estar equivocada, lo corroboraré.