Maina Gielgud, reconocida bailarina, coreógrafa y directora de ballet británica, creó su propia versión de Cascanueces, el clásico navideño que cuenta la historia de Clara, su cascanueces y su ensoñador viaje al reino de los confites. Su versión mantiene la esencia de la historia original, pero añade detalles que resaltan la magia y la atmósfera festiva de este título que se completa con la música mágica y emotiva de P. I. Tchaikovsky que encanta a las familias cada Navidad. El sello de Gielgud se une a la producción del Municipal de Santiago que evoca la Rusia de fines del siglo XIX con trineos, huevos Fabergé gigantes que giran, vestidos destellando con decenas de cristales y profundos bosques que sorprenderán y harán soñar a públicos de todas las edades.
La historia sigue a Clara, una niña que recibe un cascanueces como regalo en la víspera de Navidad. Esa noche, Clara sueña que su cascanueces cobra vida y la lleva a un mundo encantado donde se enfrentan al Rey Ratón y su ejército de ratones. Después de vencerlos, el Cascanueces se transforma en un príncipe que acompaña a Clara en un viaje mágico hacia el Reino de los Dulces.
En esta tierra maravillosa, Clara y el Príncipe son recibidos por el Hada de Azúcar, quien organiza un espectáculo con danzas de diferentes partes del mundo en su honor. A través de estos bailes, el público disfruta de la cultura de varios países y estilos, como la Danza Española, Árabe, China, y Rusa, además de la popular Danza de los Copos de Nieve.

