Un unipersonal polifónico interpretado por una mujer que no es un individuo; es una multitud, un enjambre. Un montaje que explora conceptos como inteligencia vegetal, alma vegetativa y comunicación vegetal, rastreando las posibilidades y concepciones de la relación entre seres humanos y plantas.
“Y ese es tal vez uno de los mayores desafíos de la obra: vegetalizar la mirada. O al menos transmitir la idea de que podemos salir de la lógica antropocéntrica, repensar la relaciones de lo humano con el mundo y asomarnos a otro universo”, Revista Qué Pasa.
“Referentes lúcidos, discusiones necesarias y una estética propia hacen de estado vegetal una de las mejores obras de la temporada”, Revista Hiedra.
“El universo vegetal se hace tangible no desde el activismo ecologista sino desde un ingreso oblicuo. El monólogo polifónico de la increíble Marcela Salinas se alimenta a sí mismo y de sí mismo como en un loop superpuesto, construido en capas”, Revista Ñ, Argentina.