Basada en la leyenda del siglo XIX, cuando una mujer llamada Deolinda Correa caminó por la pampa argentina junto a su pequeño hijo, en búsqueda de su esposo que había sido reclutado para la guerra, murió y fue encontrada por unos arrieros. Junto al cuerpo estaba su hijo que seguía vivo amamantándose de sus pechos, de los que aún fluía leche.
Esta imagen inspira a la artista Marcela Correa para elaborar una muestra compuesta por siete sacos industriales, moldeados y cosidos para representar siete pechos de grandes dimensiones rellenos de algodón sintético y arroz.
La exhibición se acompaña de tres fotografías del artista Marco Valdivia.