Flor del desierto es una emocionante película cuenta la vida de Waris Dirie, hija de nómadas somalíes, que, con el paso del tiempo, se ha convertido en top model internacional y en embajadora de las Naciones Unidas en África. Desde que nació, Waris tuvo que sobrevivir en un mundo de hombres. A los 13 años, su padre quiso convertirla en la cuarta esposa de un hombre mucho mayor que ella.En ese momento, Waris decide dejar Somalia y viajar hasta Londres para comenzar una nueva vida como sirvienta de unos parientes lejanos.
Este largometraje desvela la lucha de una mujer que ha conseguido dar la libertad que les falta a las mujeres que nacen en países como Somalia.
Con apenas 13 años, Waris Dirie decide abandonar su tierra huyendo de una boda impuesta. Después de caminar durante días por el desierto, llega a Mogadiscio, donde es enviada como criada a la Embajada de Somalia en Londres. Allí pasa toda su juventud, pero cuando llega el momento de regresar a su país, prefiere buscarse la vida en la capital inglesa, aún siendo una inmigrante ilegal y analfabeta. Waris probará suerte en varios trabajos precarios, hasta que un fotógrafo la descubre como modelo.
«Flor del desierto» cuenta la complicada vida de una mujer somalí, desde que se adentra en el desierto huyendo de un matrimonio de conveniencia, hasta que se convierte en una de las modelos más cotizadas del momento. La historia podría haber salido de la mente de un gran guionista, pero lo cierto es que se trata de la autobiografía de una mujer real: Waris Dirie. La película ha sido dirigida por Sherry Horman como un drama esperanzador que aboga por la valentía y la dignidad humana, al mismo tiempo que protesta contra la mutilación genital femenina. El rodaje tuvo lugar en Alemania, Londres, Nueva York y Yibuti, un pequeño estado entre Somalia y Etiopía.
Aunque todo hacía prever que su vida sería igual a la de millones de niñas que son víctimas de la mutilación genital, esta somalí desafió a una sociedad patriarcal, escapó de su casa, se convirtió en una súper modelo y creó una fundación que lucha para erradicar este crimen. Nació en Somalia y hoy vive en Londres, está casada con un inglés y tiene dos hijos. Una película basada en la Historia real de Waris Dirie, que hoy tiene una fundación llamada La flor del desierto que ayuda a combatir sobre la Mutilación femenina.
La Historia real de la Película
La lluvia es escasa en Somalia. Poco es lo que sobrevive en esa árida sabana. Pero cuando finalmente el agua se apiada de esa tierra resquebrajada, surge el milagro de la naturaleza en forma de capullos amarillos y naranjas. Es waris, la flor del desierto.
Waris Dirie lleva el nombre de ese brote colorido que, pese de la hostilidad que lo rodea, se anima a desplegar su vida en el medio de la nada. Fue su madre quien llamó así a la niña que nació en esas arenas estériles: quizá porque sabía que su inocencia sería rasgada para siempre por la mutilación genital; quizá porque intuía que una noche escaparía de su casa para no tener que pasar la vida junto a un hombre que la había comprado por cinco camellos; o quizá porque presagiaba que su belleza la llevaría a convertirse en una súper modelo, una celebridad, y que luego dejaría todo para volver a ese cruel desierto e intentar transformarlo en un jardín en el que no haya lugar para la mutilación a la que ella fue sometida, una práctica inhumana que desde hace más de cuatro mil años marca a fuego la vida de millones de mujeres en más de veintiocho países del planeta.
Waris nació hace 45 años en el seno de una familia de pastores nómades de Somalia, un país donde la mujer es considerada impura y donde no hay posibilidad de casarse si no se pasa por un proceso de purificación que remueve su clítoris, los labios menores y gran parte de su labio mayor, y cuya herida se cierra dejando sólo un pequeño orificio. La práctica se repite de madres a hijas por generaciones, cuando se llega a la pubertad, aunque cada vez más se hace cuando son más pequeñas. Waris no pudo escapar a esta práctica a los 5 años, pero sí a un matrimonio arreglado por sus padres. A los 13 años caminó descalza por el desierto tres días y, con la ayuda de unos familiares, llegó a Londres para trabajar como sirvienta en la casa de un tío diplomático. Allí fue descubierta por un fotógrafo que la llevó a las portadas de las principales revistas de moda. Su cuerpo de gacela la convirtió en chica Bond y en la musa de las pasarelas. Dejó de ser la niña nómade que recorría el desierto en busca de un oasis para subsistir, y pasó a trajinar sin escalas de Londres a París y de Milán a Nueva York. De la noche a la mañana, la niña de los pies descalzos y heridos se había transformado en una celebridad.
Pero cuando finalmente la vida parecía darle su sonrisa más amplia, Waris decidió contarle al mundo sobre aquellas profundas cicatrices que ocultaba: el poderoso recordatorio de ese día en que su madre la había llevado lejos de la tienda para convertirla en una “mujer respetada”. Cuando decidió no resignarse al olvido, se bajó de la fama para subirse a los estrados y transformarse así en el grito de esas miles de niñas a las que nadie antes había escuchado. En 1997 fue nombrada Embajadora de las Naciones Unidas contra la ablación y, cinco años después, creó la Fundación Waris Dirie, donde la escucharon desde Mijail Gorbachov hasta Nicolás Sarkozy. Se casó con un inglés, tuvo dos hijos y el año pasado personificó a su propia madre en la película Flor de desierto, basada en el libro donde ella relata su vida para contarle al mundo qué es lo que está pasando con unas tres millones de niñas por año.
Waris Dirie decide crear una fundación llamada Flor del Desierto para combatir la mutilación femenina
¿Cuál es la principal acción?
El primer objetivo de mi fundación es educar a la gente, de informar al mundo, de situar los debates de la lucha contra la ablación en los temas de conversación. ¡De forma que siempre esté en la mente de la gente!
Mi papel ha sido y es situar este tema en medio de la escena, sacarlo a la luz. Me encontré en medio de una aventura mediática, y ahora que ya se habla de ello, me gustaría retirarme. Tengo la sensación de que con mis propios medios, he hecho todo lo que he podido para que salga a la luz y se hable de la ablación genital femenina. He tomado todos los riesgos posibles.
No obstante, el tema está en manos de los hombres políticos de todo el mundo. Ya no es un problema que tengo que afrontar yo, sino todo el mundo. Ya nadie tiene excusa. Millones de mujeres siguen sufriendo. Me gustaría que de una vez por todas se viese como algo anormal. Fuente enfemenino
Quiero que :
… Todas las personas y todos los pueblos del mundo reconozcan la MGF como un problema común y por ello, es nuestro deber no cerrar los ojos ante esta.
… Cada comunidad religiosa se pronuncie fuerte y claro en contra de la mutilación genital femenina (MGF).
… Todas las víctimas de la MGF, que necesiten ayuda, puedan obtener ayuda.
… Los gobiernos del mundo adopten todas las medidas necesarias para proteger a las niñas de la mutilación genital femenina (MGF).
… Todos los gobiernos del mundo adopten leyes encaminadas a garantizar que los autores de la MGF y sus cómplices sean castigados ante los tribunales.
… En caso de conocimiento de una mutilación a una menor, se informe a las autoridades judiciales correspondientes.
… En todos los países del mundo , la mutilación genital femenina, sea considerada y reconocida como una persecución política y por lo tanto, como motivo para solicitar asilo político.
… Todo el mundo sea consciente de que la MGF no es parte de una cultura, sino que se trata de un crimen.
… Todas las víctimas de la mutilación genital sean finalmente tomadas en serio y que sean tratadas con la sensibilidad y la humanidad que merecen.
… Todos los que trabajan en el sector salud estén informados sobre la MGF y que sepan cómo tratar y ayudar a las víctimas de este delito.
… Cualquier víctima de MGF, que así lo desee, pueda someterse a la cirugía reconstructiva de manera gratuita así como a un tratamiento psicológico.
… Podamos hablar abiertamente acerca de la mutilación genital femenina y que del mismo modo, siempre exista una vía de escucha para aquellas que han sido víctimas de esta terrible práctica.
… Todas las organizaciones que luchan contra la MGF tengan por objeto llegar a acuerdos que les permitan trabajar de una mejor manera para alcanzar objetivos comunes.
… Todas las organizaciones que luchan contra la MGF sean apoyadas y tengan el dinero suficiente para que puedan trabajar con eficacia.
… Toda la gente en este planeta sueñe mi sueño: acabar con la mutilación genital femenina – para siempre! fuente: ltesorodelilith
Aquí pueden ver la película completa
Fotografía de National Geografic