Hace algunas semanas, en unos de los primeros workshop realizados en el «Estudio Miraflores» lugar donde trabajo con ellalabella, conocí a María Ignacia Ramírez. El tema de encuentro dio para a hablar de diseño, volvimos al pasado hablando de cuando yo diseñaba zapatos para ellalabella, y ahí ella me contó de su encuentro con una fabrica de zapatos vintage en el sur de Chile, fue así como descubrí su mágica historia, la historia detrás de «Melinda en Rojo».
«Melinda en Rojo» fue la marca que dio nombre a sus zapatos con historias. Yo conocía sus zapatos desde aquellas épocas, me fascinaban, no solo por su diseño, si no por la historia detrás de ellos. Fue increíble coincidir en el taller y comentar todo esto, así que como soy fanáticas de los tesoros vintage y de esas prendas del pasado que cuentan historias, le propuse que contáramos en ellalabella sobre ese mágico encuentro con esos zapatos
«Es difícil partir con la historia de como empezó todo esto por que no recuerdo como llego el dato a mis manos, recuerdo que llego la información como si nada, como un comentario al vuelo y algo me hizo click!, un «debo partir a ver de que se trata esto, sino perderé esta oportunidad», en ese tiempo estaba en quinto año de Medicina Veterinaria con pocos ramos, tiempo y con ganas.
Yo siempre he sido amante de las cosas únicas, adoro ir en búsqueda de tesorillos, viendo el potencial que tienen las cosas. La propuesta venía de un lugar en Puerto Montt, una zapatería abandonada que estaba repleta de zapatos de épocas pasadas.
Así que, ansiosa, e intrigada por lo que ahí podría encontrar, compré un pasaje a Puerto Montt y sin pensar mucho me fui esa misma noche a conocer este lugar, viaje flash de un día que podría haber traído ningún beneficio.
Me acuerdo que llegue demasiado temprano y tuve que esperar como tres horas a que abrieran la zapateria que aún funcionaba en ese tiempo ( en el sur todo abre muy tarde) y entre sueño y todo llegue finalmente a conversar con los dueños.
Me dio hipo al ver tantos zapatos bellos!, muchos de ellos debido al clima del sur y los años estaban deteriorados, pero de igual forma los quería todos para mi, pero como son las cosas…no pude quedarme con ninguno por que calzo 40-41 y las tallas chilenas de hace 30/40 años atrás eran mucho más chicas de las de ahora, piensa que un número muy común de ese tiempo era la talla 34 y que ahora ni siquiera la fabrican.
Los dueños de la zapatería, como buenos sureños eran unas personas muy encantadoras con quienes mantuve una relación por largo tiempo, pero que lamentablemente he perdido el contacto.
Todos los zapatos eran de fabricación chilena, principalmente de años 70 y 80 hechos en cuero, todos con una manufactura que ya no se encuentra, pero a la vez son zapatos muy actuales que yo considero como piezas de colección, que no se comparan con los zapatos actuales de fabricación china en plástico que inundan el comercio por estos días.
Muchas veces me preguntaron por que no hacía una copia de esos modelos para venderlos en serie, pero nunca quise, sentía que cada par de zapatos eran pequeños tesoros y quien se los llevará se estaría llevando un pedazo de la historia.
Decidí mandarles un mail a las personas de la zapateria, pensé :»nunca es tarde»
Me respondieron en seguida con mucho afecto cariño, lo único que cambio es que la señora esposa había fallecido hace casi 3 años y él me contaba que aún la extraña y le hacía falta, y eso me dio mucha pena. »
Y ésta es la historia detrás de los zapatos de «Melinda en Rojo», mágia, tesoros que aparecen por ahí, y estos llegaron a mis manos, un gran regalo, me da mucho gusto poder compartirlo con ustedes.
Aún quedan un par de zapatos por ahí, estás son imágenes de publicaciones que hace 6 años salieron en revistas