Egresada de la Universidad Finis Terrae, Pascuala pertenece a la nueva generación de pintores chilenos que buscan expandir las posibilidades del medio, saliéndose de las categorías que separan lo figurativo de lo abstracto, lo expresionista de lo conceptual, lo naif de lo intelectual y lo popular de lo culto. En su obra, la pintura aparece como un recurso lúdico, que se complace en su propia experimentación, sin intentar establecer ningún discurso ni tema, sino centrando la atención en la superficie pictórica y en el efecto visual. “Es como reivindicar el derecho del ornamento, no mirarlo en menos, sino, por el contrario, potenciarlo”, dice la artista, que en los dos últimos años ha participado en varias exposiciones colectivas.
Sus cuadros hablan poco o nada: pinta caras de mínima expresión y paisajes anodinos. Lo que le interesa a Pascuala Lira, no es lo que dicen las imágenes, sino el tratamiento pictórico y visual que acarrean.
Paisajes, retratos y escenas aparentemente insignificantes, sacadas de revistas o de internet, son el punto de partida del trabajo de Pascuala Lira. Imágenes que utiliza solo como pretexto para salvar la tela en blanco, pero que luego se transforman en un naif juego pictórico. Manteniéndose siempre dentro del lenguaje de la pintura, el afán de esta artista es explorar distintos formatos (también ha pintado sobre tablas viejas) pero, sobre todo, cuestionar la figuración, llevándola a un plano formalista y ornamental, generando diversas tensiones entre la figura y el fondo.
“Las imágenes son muy elementales, casi aburridas. Lo que me interesa es esa neutralidad de la imagen para que resalte la pintura ornamental en sí misma”, dice la artista Pascuala Lira
Fuente: Revista Paula