¿Te has sentado a contemplar una pieza de arte por horas? Si tu respuesta es afirmativa, sabes que esa sensación de observar algo que te atrae sin ninguna razón aparente por horas, es algo que no se tiene casi todos los días. Este es el verdadero poder del arte sobre las personas.
Pero realmente, ¿por qué es importante el arte? Esta es una de las preguntas que muchas personas que asisten a museos o galerías se hacen a diario. Es lógico pensar que el arte puede no tener un uso, ya que no representa una actividad básica de la supervivencia humana, sin embargo, es un signo de que cierta cultura se encuentra en desarrollo y que posee la sensibilidad suficiente para empezar a crear productos culturales.
Los productos culturales son aquellas manifestaciones que expresan la visión de una comunidad, por lo que su función –y la del arte– es llenar las necesidades estéticas y recreativas del ser humano. Por esta razón, someter estas manifestaciones a un sistema estructurado no es sencillo y mucho menos determinar su valor. Entonces, ¿por qué es importante el arte? ¿por qué vale tanto? Porque históricamente ha sido el testigo visual de la evolución del ser humano y sus ideas.
La historia de la mirada
En sus inicios, el arte comenzó como una manera de representar cómo percibimos el universo, por lo que tuvo un motivo místico y espiritual. Conforme las sociedades fueron evolucionando, éste adquirió un valor decorativo –que marca el inicio del diseño– como también estético, el cual se compaginaba con lo religioso –aquí nace el sentido arquitectónico y escultórico de esta disciplina– que derivó en construcciones o representaciones elaboradas.
Cuando el arte llegó a su límite en motivos religiosos, volvió su mirada hacia el ser humano exaltando su belleza e ideales –Renacimiento–. Arte y vida comienzan a conjugarse, por lo se que empieza a retratar momentos y personas importantes, como también escenas cotidianas.
Cuando los motivos artísticos utilizados hasta ese momento se volvieron repetitivos,el arte demostró su función más grande: incitar a la imaginación. En justo en elromanticismo en donde se dio permiso de plasmar las imágenes que nacen en nuestras mentes y con ellas crear composiciones que invitaban a trasladarse hacia otros lugares.
Finalmente con la llegada de las vanguardias y el posmodernismo, el arte exhibió otra de sus grandes virtudes: la capacidad de criticarse a sí mismo. El arte –como si de un ente observador se tratara– al dejar de observar hacia afuera, empezó a explorarse. Su búsqueda fue tan brillante que incluso llegó a deconstruirse y replantearse desde sus bases, etapa que fue marcada con el arte conceptual y el arte posmoderno.
En esta etapa, entendió que no debía atenerse a una manera de hacer o ver las cosas, sino que podía utilizar todos los recursos a su alrededor para hablar de lo que quisiera: desde un objeto utilitario hasta el cuerpo; el arte no cesa de buscar espacios para manifestarse.
El arte hoy
El arte hoy en día es una ventana que permanece en construcción y que puede darse el permiso de ejercer cualquiera de las funciones que enunciamos anteriormente. Las posibilidades son ilimitadas, y esto es lo que lo lleva a tener el gran valor que se le adjudica, pues consigo lleva la historia de la sensibilidad y la creatividad humana.
fuente: fahrenheitmagazine