Sempiterno

Un territorio que se forma a traves del continuo coser que mediante la costura industrial establece una relación entre lo infinito y lo repetitivo.

Durante los últimos años, Josefina ha trabajado e investigado en torno a lo « metapictórico », es decir aquellos recursos que provienen de la pintura como disciplina, pero que no le pertenecen necesariamente.

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Crear una obra pictórica sin usar pintura ha sido el desafío y leit motiv de su obra más reciente hasta ahora.

Luego de una extensa investigación de los efectos volumétricos de la costura sobre tela, con «Sempiterno», Josefina Concha nos ofrece esta vez un trabajo que tiende levemente hacia la geometría. Las 13 obras que constituyen la muestra siguen siendo el resultado de su incesante exploración de lo metapictórico. Sin embargo, en esta ocasión la artista ha volcado su atención hacia el proceso mismo de creación: la costura a máquina, punto tras punto, línea tras línea, hasta cubrir la totalidad de la superficie, conforma un verdadero achurado de hilo, con francos contrastes tonales y texturas ordenadas. Este proceso, realizado en el taller como se recorre un camino -sin atajos-, da cuenta de un cambio de rumbo para Josefina Concha, y permitirá que el espectador penetre en la dimensión meditativa de su proceso.

También se podía ver en su obra la necesidad de crear objetos volumétricos cuya cualidad visual se acercara a la de la piel o del cuero. Nacían formas vivas en estos objetos inanimados que colgaban de la pared de la sala de exhibición. Había una suerte de deseo de engañar al ojo del espectador, de crear una ilusión, que se originaba en una profunda curiosidad por el potencial del material con que trabajaba. Una obsesión, tan propia del artista, por desvelar hasta sus más insospechados recursos. Esta obsesión la lleva ahora inevitablemente a despedirse de la pintura, y a emprender un camino incierto por el que persigue otro tipo de investigación.