A Través de los Ojos del Pintor

Cristales de sal, ramas, objetos encontrados, pinturas acrílicas y fotografías son los elementos que Raimundo Rubio utiliza para su exposición A través del ojo del pintor, propuesta con la que el artista chileno manifiesta una crítica a la destrucción de la naturaleza causada por la avaricia que conlleva el sistema capitalista.87ac1-expo_atraves_interior

Fue después de un viaje por el desierto de Atacama que el artista chileno Raimundo Rubio (1956), consideró utilizar los cristales de sal como material en sus instalaciones. La primera de ellas surgió en la ciudad donde reside, New York, a partir de un encargo de No Longer Empty (NLE), una organización sin fines de lucro, que organiza eventos culturales y programas educacionales en edificios desocupados. Desde ese entonces, Rubio desarrolló una línea de trabajo caracterizada por el despliegue de ramas y delgadas fibras desde pinturas acrílicas abstractas, algunas acompañadas de objetos encontrados como zapatos viejos, bisutería y piezas de computador o también elementos de la naturaleza como bichos, mariposas y flores. En esta especie de escenarios suspende delgados hilos que con paciencia y disciplina rocía más de 200 veces con agua salificada. Así, va formando cristales de sal condenados a la autodestrucción ante cualquier aumento de humedad que pueda ocurrir en el ambiente.

Por esta razón, un día comenzó a fotografiar sus instalaciones y captar la belleza de estos lienzos tridimensionales. Este registro le reveló su propio punto de vista, en el que persistía la forma de mirar de un pintor. Quedó maravillado por el potencial de estas imágenes que él define como metáforas de uno relato del Antiguo Testamento. “Mediante la utilización de la sal como medio artístico y los títulos escogidos para la obra -Sodoma y Gomorra- Rubio pretende conectar al espectador con la narrativa bíblica en la cual Dios, en castigo a la avaricia y codicia de sus habitantes, destruyó esas ciudades”, explica la curadora de la muestra Manon Slome, quien actualmente es la curadora jefa del proyecto No Longer Empty, y ha trabajado con el artista en NY durante los últimos 13 años.