Seducida por la materialidad de la pintura juega con diversas técnicas pictóricas para recrear misteriosos ambientes donde conviven luces, sombras, manchas y simbolismos con un efecto teatral y barroco.
Andrea Domínguez, a través de la pintura, nos entrega su mirada subjetiva de los espacios naturales que recorre, creando escenas-paisajes que se basan en la condensación de imágenes y su hibridez, haciendo alusión a distintos medios, como la pintura, el cine y la fotografía.
Se dejan ver herramientas del cine tales como los diversos puntos de vista, el enfoque/desenfoque, encuadre/desencuadre, cámara subjetiva y las diversas iluminaciones. Así aparecen imágenes atmosféricas, con principal atención en la luz, que esconden un escenario de suspenso, a veces alegre, otras catastróficas y hasta siniestras. Una narración implícita traspasa las pinturas, muestra algo y esconde algo. Genera escenas de animales, principalmente perros, es espacios naturales.
La pintura al óleo dialoga de manera interesante con las imágenes, ya que es una técnica antigua y de tradición, pero representando imágenes del siglo XXI, que no dejan de influenciarse con la tecnología actual y el ambiente de la época.
Desde niña “he tenido una relación muy cercana con animales y plantas”, hoy son una inspiración en su obra como artista visual. A Andrea Domínguez le gusta mucho “subir montañas, recorrer lugares desconocidos, inhabitables, vírgenes, emboscados, donde se manifiesta el poder de la naturaleza”. Esas experiencias sublimes, sumadas al contacto con una naturaleza que se expresa a través de los medios de comunicación –televisión, cine, documentales, fotografías de internet- sintetizan la necesidad de crear una nueva imagen pictórica que la motiva como pintora. Y si a ello agregamos el gusto por el material mismo, el jugar con la pintura y aprovechar su gran versatilidad, encontramos la esencia de una artista que vive en plenitud su arte.
Nacida en una familia de artistas, músicos y arquitectos su vida siempre ha estado ligada al arte. Fue su madre, también artista, quien “de chica me enseñó e incentivó a dibujar, pintar y sacar fotos”. Y aunque entró a estudiar Ingeniería Comercial, “quizás un tanto saturada por tanto arte que había alrededor mío en ese minuto”, reconoce haber elegido muchos electivos de arte hasta darse cuenta que “era lejos lo que más me gustaba y decidí entrar a estudiar Artes Visuales en paralelo con Comercial”. Fueron años en que se enfocó en la pintura, aunque también le encanta el grabado en metal y litografía, el dibujo y la fotografía. Hoy compatibiliza ambas carreras, la economía con la pintura.
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Fuente: Andrea Dominguez y Revista In Vitro