Sally Mann, fotografa que se hizo conocida en el mundo del arte, y fuera de él, por las fotos que recogen algunos momentos de la vida en su granja de Lexington (Virginia) con sus tres hijos (Jessie, Virginia y Emmett), cuando no superaban los 12 años. Son imágenes de finales de los ochenta y principios de los noventa. Y en esas fotografías Sally Mann no oculta nada. O lo recoge todo, como quieran. Ahí están los avatares propios de la infancia de sus niños. Los juegos, los enfados, las heridas, los sueños y también (lo que trajo la polémica) los momentos más íntimos.
Se llama Immediate Family y, como hemos visto, se centra en la vida de sus hijos antes de cumplir los 12 años en la granja familiar. Pronto se convierte en un gran éxito. Instituciones como el MoMA o el Guggenheim de Nueva York adquieren obra. Es un trabajo difícil, pero también de una profunda sinceridad. Retrata lo más próximo.
Sin embargo, para Sally Mann, y así lo explica, estas fotografías son “naturales a través de los ojos de una madre, que ha visto a sus hijos en todos sus estados: felices, tristes, bulliciosos, ensangrentados, enfadados e incluso desnudos”.
Fuente: culturainquieta Sally Mann