Gerda Steiner y Jörg Lenzlinger artistas suizas crearon un Jardín colgante, instalando flores, semillas y ramas dentro de la iglesia de San Stae en Venecia, como parte de la 50ª Bienal de Venecia. La instalación se titula «Falling Garden», convierte el lugar en una cascada de natural fuera de la naturaleza. La pieza sumerge a los espectadores en una realidad mágica de ensueño, pueden vivir una experiencia instalándose en el suelo del mausoleo, y así perderse entre sus figuras por unos momentos y viajar con ellas.
Es una instalación botánica en tres dimensiones, que contrasta con el mármol italiano ricamente decorado. Fall Garden se convierte en sueño colectivo de los visitantes. La instalación incluye baobar, semillas de Australia; haya, ramas anciano, y magnolia de Suiza, capullos de seda de Suecia, raíces de apio de Canadá, algas marinas de Corea del Sur, y las bayas de plástico procedentes de la India.