La fábrica símbolo del desarrollo industrial y social del país durante el siglo XX y testimonio de la historia de Tomé, pasó hoy a formar parte del patrimonio protegido, tras la firma del decreto que la declara Monumento Nacional.
El decreto reconoce en el conjunto de inmuebles que forman parte de la histórica textil, un testigo de las principales transformaciones socioeconómicas de Chile desde mediados del siglo XIX. El Monumento Histórico, una de las principales industrias del país, fue fundado en 1865 por Guillermo Gibson, a partir de unos terrenos del molino Bella-Vista. En 1914 la propiedad pasaría a manos de Carlos Wener, transformándose posteriormente en 1923, en la Sociedad Fábrica Nacional de Paños de Bellavista-Tomé, iniciando su época de apogeo. «Es uno de los máximos exponentes de la arquitectura industrial de nuestro país, configurándose como una ciudadela funcional, con edificios asociados a la producción lo que define un importante valor de conjunto; construido además, con las tecnologías y orientaciones urbanas y arquitectónicas de comienzos del siglo XX», dijo Ángel Cabeza, vicepresidente del Consejo de Monumentos Nacionales y director de la Dibam.
“A nivel arquitectónico sus edificios principales poseen una impronta funcionalista, limpios de ornamentación en fachada y con líneas claras que marcan su estructura”, agregó Cabeza. La industria textil logró generar un desarrollo de equipamiento urbano y vivienda, el que se materializó entre 1930 y 1950, con el levantamiento de viviendas para empleados y obreros, el trazado de un ferrocarril, pulpería, casino, gimnasio, espacios de esparcimiento y de deporte. Esto derivó en el desarrollo de iniciativas de sociabilidad y el bienestar, que se expresó en una intensa actividad deportiva y el emplazamiento de instalaciones de salud.
La declaratoria como Monumento Nacional fue una decisión unánime del Consejo de Monumentos en abril de 2016 y contó con el respaldo del municipio de Tomé y el apoyo de organizaciones sociales agrupadas en la Mesa Patrimonial. El decreto que declara patrimonio a la fábrica destaca que Bellavista “se posicionó como un polo de desarrollo local ligado estrechamente al territorio, que imprimió un sello distintivo en la configuración urbana y arquitectónica de Tomé, siendo parte relevante y detonante de la identidad sociocultural de la ciudad”.
”Se mantiene hasta el día de hoy como un complejo industrial que alberga en su interior el conjunto de las labores de la producción textil, expresado en la diversidad y complementariedad de sus inmuebles, su infraestructura y equipamiento interno”, agregó el documento. El patrimonio industrial de la región del Biobío, caracterizado por la protección de bienes ferroviario y minero, agrega ahora una emblemática fábrica textil.
Fuente: CMN