Novedosas reparaciones creativas de helados que parecen verdaderas esculturas, con diseños únicos y sabores exóticos.
Algunos de los helados más increíbles del mundo están en GIAPO, la famosa heladería de Nueva Zelanda. Ahí preparan sabores raros, como guacamole con frutilla y martini con hierbas, pero lo más sorprendente es la presentación. Sus helados son obras de arte, con conos dorados que parecen de oro, cobertura de chocolate en forma de calamar y hasta imitaciones de la Torre del Cielo de Auckland.
Después de pasar 10 años trabajando como modelo, Niki Szökrön abrió una gelatería y se dedicó por completo a la fabricación de helados artesanales. Gelarto Rosa solo hace un tipo de helado: en forma de rosa. Son pétalos que se hacen a mano y se unen sobre un cono de barquillo, formando una rosa. El cliente elige los colores, incluso puede puede pedir un pétalo de cada uno
En Hong Kong y Singapur hay laboratorios de helados, donde solidifican el nitrógeno líquido a menos 196 grados para conseguir postres con una textura única. El proceso toma menos de un minuto.
Los amantes de lo kawaii —el término japonés que quiere decir “tierno”— deben conocer Eddy’s Ice Cream. Es una heladería que está en Tokio, Okinawa y Honolulu, Hawaii, donde todo es colorido y lleva figuras de animales.
Puedes elegir uno de los helados del menú, como el popular “Unicorn”, un helado de leche cubierto de algodón de azúcar de color pastel que lleva un dulce de unicornio
Si hablamos de los helados más increíbles del mundo, es obligación mencionar a Emack & Bolio’s. Esta cadena estadounidense inventó el cono de sabor, que es el centro de su famoso helado premium.
Si los conos de chocolate, cereales y arroz ya se ven locos, lo que va arriba es peor: enormes torres de bolas de helado cubiertas de todo tipo de dulces y figuras. En cada fecha especial, como Navidad, Halloween y el Año Nuevo Chino, tienen diseños especiales.
i CREMERiA es una cafetería de Hong Kong que sirve postres japoneses de lujo, entre ellos un helado servido en la mitad de un melón que cuesta 30 dólares.
Es helado suave y bajo en grasas, hecho con té sawatari, frutas frescas y flores como lavanda y rosa. El que se sirve en cono se cubre con una hoja dorada comestible, haciéndolo ver incluso más lujoso.
Sobok es un café de Seúl que prepara helado artesanal con harina de arroz, leche y granos. A pesar de que se endulza con un jarabe de arroz llamado jocheong, el helado deja un sabor salado y sabroso.
Su especialidad es la receta clásica de arroz, pero también tiene sabores como té matcha y camote.
Se decora con frutas secas, flores semillas de sésamo, miel y bolas de helado con centro masticable. Es una presentación del helado minimalista y enfocada en lo natural, que no deja de llamar la atención.
Big Gay Ice Cream partió como un carrito de helados hace cerca de una década. Hoy es una de las heladerías más conocidas de Nueva York, gracias a sus sabores inusuales.
Sus helados son suaves, tienen incrustados pretzels y baños de chocolate (como el “American Globs”) y hasta vienen cubiertos de Cheetos.
“Bora” significa violeta en coreano, por eso en el Café Bora de Seúl todo es violeta, desde los helados hasta los lattes. El color lo obtienen de ingredientes naturales, sin ningún tipo de colorante artificial.
El protagonista de todas las recetas es el camote violeta coreano, que cultivan en la ciudad de Boryeong y procesan en el lugar. El café pasa lleno y la mayoría de los visitantes van por sus helados de leche morados y sus granizados, conocidos como Bingsu.
Si vas a probar helado árabe, que sea en Dubái. Booza Frosties sirve la preparación libanesa tradicional, con una consistencia elástica y pegajosa.
Casi todos los sabores son frutales, como limón, frutilla, pomelo y naranja. Los demás se basan en recetas locales como el Meghli, un postre de arroz, anís, alcaravea y canela.
Su preparación más famosa es la que se sirve en un vaso de vidrio, que viene con pistachos, algodón de azúcar libanés y miski.
Fuente y más información en Finde La Tercera