A lo pies de la montaña y con un día radiante, empezaba un nuevo taller de mujeres creadoras, el Taller Crearme de la artista Paula Soffia, en donde siete mujeres se abstraerían por algunas horas de sus mundos externos, para dejar plasmadas sus emociones en tierra y agua. Desde un cilindro de greda, a través de sus manos, nacería un nuevo personaje, el que transmitiría mucho más que una forma humana . Emociones, sentires, historias.
Todo empieza por mirarnos, reconocernos, abrirnos, por saber que todas somos distintas, cada una con su historia, cada una abriendo el corazón a ese momento de contención que muchas veces sabemos entregar las mujeres. Con la confianza de mostrar, el como nos paramos ante el mundo, la historia que cada una lleva en sus zapatos, como hemos caminado en ellos, y como queremos seguir haciéndolo. Cada una única, entregando algo que siempre quedará, dejando su granito de arena en el corazón de las otras.
Hasta el más mínimo detalle esta puesto ahí con mucho amor, desde la linda decoración, la sana alimentación, el fueguito que no solo nos calienta si no que también nos da ese regalo de sentirnos acogidas, lo que hace que cada experiencia del Taller Crearme siempre sea única.
Fue un espacio en que cada una se regalo diez horas para si misma, con un día resplandeciente, y montañas que nos contuvieron y abrazaron, donde risas, penas y historias de vidas pasadas salieron a la luz en ese compartir. La Paula nos guío en el proceso, pero todo lo demás nace desde el sentir. Después de la técnica, cada una refleja su propia vida, y eso es lo lindo, aquí la perfección y los estándares se dejan fuera, muchas veces creemos que solo funciona lo que es perfecto y no es así, no hay que tener experiencia de por medio, solo soltar y confiar.
Todas podemos ser creadoras, solo hay que dejar que la mente se silencie para que actúe el corazón, dejar hablar al sentimiento que quiere salir a bailar, y en su movimiento crear, crear lo que muchas veces no sabemos que existe. Ahí estamos nosotros solas enfrentándonos a este pedazo de tierra para crearnos y volver a encontrarnos.
Que enriquecedoras son estas instancias, la creación es la excusa que se ve reflejada después en esa escultura, porque somos energía que transmuta y de esta forma, la hacemos visible, en este caso a través de estas mujeres que nacen de la tierra, cada una con su personalidad. Estás son un canal entre el corazón y la emoción. Lo lindo es el proceso, no siempre el resultado, pero ese resultado te recuerda el camino recorrido y el sentir.
Decidí hacerme a mi misma, sin mirarme, solo lo que en mi sentía y en mi mente imaginaba sobre mi, sin importar como quedaría , solo solté. Hice a mi mujer 41, porque tengo a mis otras 40 mujeres en una obra de arte que me regalaron y me regale a mis 40 años (que ya hablaré sobre esta en otro momento). Así que esta es la mujer 41, con sus luces y sus sombras, con el pasado y todo lo que queda por aprender, transmitir y crear . A esta mujer, la llame Nida. Quede muy feliz con mi mujer, la sentí llena de experiencias vividas, de camino a un renacer, con una energía y pasión muy efervescente y positiva . Y entonces, cuando ya esté esmaltada y la mire , me recordará este proceso, y lo que quiero para adelante.
Porque la nombré Nida
Conversando con la Paula terminando de hacer mi boca, intentando hacer mi labio superior que es bien marcado y delgado. En relación a eso, me cuenta la historia de que una vez una alumna le contó sobre ese espacio entre los labios, que se llamaba el nido del ángel o el toque del ángel, por una linda historia que más abajo les dejó. Y así fue como llegó a mi el nombre Nida.
El nido del ángel
“Dice un viejo cuento, que cuando un niño está en el vientre de su madre contiene en sí mismo todo el conocimiento del mundo; Sabe cuántas estrellas hay en el firmamento, cuántas gotas de agua contienen los océanos y cuántos granos de arena cubren todos los desiertos. Conoce los misterios del cielo y las estrellas, y conoce hasta la última letra de la Torah, los Vedas y el Corán.
No hay misterio sobre la faz de la tierra que desconozca, ni misterio en el cielo o en el mar que no pueda resolver. Pero cuando está a punto de nacer, su ‘Ángel de la Guarda’ baja del cielo y colocando un dedo sobre sus labios sella todo su conocimiento dentro de él, y le susurra una sola palabra:“APRENDE” Esto significa el huequito entre los labios y la nariz, el dedo de su ángel para olvidar lo que vimos allá”
La relacioné también con el lugar que pensé para ella, cuando la Paula me pregunta donde la quieres poner , y yo la vi en la entrada de nuestra nueva casa en la playa, en medio de un manto de Eva. La casa está frente a un bello humedal lleno pajaritos, cerca de ella me imagino muchos nidos refugiando y cuidado el nacimiento de nuevos pajaritos que día a día vuelan, nadan y se alimentan frente al que será nuestro nuevo hogar. Así que ahí estará mi Nida.
Y finalmente, busqué de donde venía el nombre Nida, y encontré algo muy lindo. Todo me hizo mucho sentido, con mis sentires, así que ese nombre Nida cada vez se hizo más real y cercano.
Orígenes y significados de nombre Nida
El nombre Nida es uno de esos nombres que a pesar de no ser ampliamente conocido, posee una rica historia y un profundo significado cultural.
Nida es un nombre de origen árabe que significa «llamado» o «convocatoria». Se deriva de la raíz árabe «nadā’», asociada con conceptos como la serenidad y el libre llamado a la oración. Este nombre tiene connotaciones espirituales y a menudo se vincula con personas que poseen una naturaleza pacífica y equilibrada.
Su pronunciación suave y la simplicidad de su forma escrita contribuyen a su atractivo universal.
El nombre Nida ha sido empleado para simbolizar el llamado del alma, la voz interna que guía y otorga paz. Esta asociación poética ha permitido que el nombre trascienda generaciones, siendo recordado no solo por su significado literal, sino también por sus implicaciones más profundas y metafóricas.
En conclusión, el nombre Nida, con su resonancia espiritual y su significado profundo, sigue siendo una opción de nombre querida en diversas culturas. Su historia y evolución reflejan la importancia de la espiritualidad y la poesía en las tradiciones árabes y del sur de Asia. Nida se destaca por su belleza y su simbolismo, llevando consigo un legado cultural y espiritual significativo. Fuente Verene
Si quieres hacer este bello taller para compatir, crear,encontrarte, pasar un momento grato y bello escribe a la Paula aquí.
Hace algunos años atrás entrevisté a la Paula cuando recién empezó a hacer sus bellas cabezas, las que también fueron su refugio de sanación, aquí les dejo la entrevista por si quieren saber cómo empezó todo, y hasta donde ha llegado con la búsqueda de su propio bienestar, ayudando a otras y regalar momentos de paz, tranquilidad y acogida que tanto hacen falta en esta sociedad que corre a mil.