Tres blogueros de moda viajaron a Camboya. H&M les prohibió hablar de lo que vieron

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El periódico noruego Aftenposten creó un “reality” donde 3 jóvenes fueran a Camboya para ver cómo se produce la ropa que se ponen a diario. En su apartado de video lanzó varios capítulos bajo el nombre Sweat Shop (fábrica de explotación). Tres jóvenes noruegos estuvieron en este país asiático, viviendo durante un mes en las mismas condiciones de vida y trabajo que las trabajadoras textiles. El resultado cambió sus vidas:

Más allá del objetivo de esta serie: ver a estos jóvenes enamorados de la moda llorando por todo lo que ven, es una oportunidad excepcional para mostrar las denunciables condiciones de trabajo que se vive en Camboya. Las largas jornadas de trabajo y un salario muy por debajo del nivel de vida ocasiona que más de 1.000 trabajadoras ya hayan perdido incluso el conocimiento mientras trabajaban en estas fábricas. Y eso sólo en lo que llevamos de 2014. Aunque recordemos que no es la única bajo sospecha, en este mismo blog contamos hace poco otro caso de explotación en Primark.

Y mucho más: un informe elaborado por el prestigioso Centre for Research on Multinational Corporations, organización independiente holandesa sin ánimo de lucro  y el India Committee of the Netherlands, una ONG del mismo país impulsora de la campaña Clean Clothes (Ropas Limpias) contra la explotación vinculada al comercio textil, nos advierte de las prácticas “esclavistas” de algunos de los gigantes mundiales de la moda. Entre otras marcas, citan a Tommy Hilfiger, Timberland, H&M, Marks&Spencer, Diesel, Gap, C&A, El Corte Inglés, Cortefiel, Inditex( propietaria entre otras de las tiendas Zara).

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PERO LA HISTORIA VA MUCHO MÁS ALLÁ: LA CENSURA DE H&M

Aquel viaje cambió la vida de una de las jóvenes y muchos de los que pudieron ver los capítulos. Pero Anniken Jørgensen, bloguera de tan solo 17 años decidió emprender una campaña de denuncia sobre lo que vio y que aquella experiencia no quedara en una simple anécdota.

Decidió denunciar qué marcas estaban detrás de esa explotación, como la sueca H&M. Fue al empezar a señalar a marcas concretas donde empezó su calvario pues según denuncia en su blog, el medio que les llevó de VIAJE, Aftenposten, le prohibió hablar públicamente sobre lo vivido y sobre todo mencionar marcas, concretamente H&M. A pesar de los meses de lucha el silencio mediático se mantenía. Ningún medio parecía dispuesto a hacerse eco de su denuncia y hablar de las marcas que fabricaban en aquellas tiendas.

Es increíblemente frustrante que una importante cadena de ropa tenga tanto poder que pueda asustar y condicionar al periódico más importante de Noruega. Noes de extrañar que el mundo esté así.Pensaba que en mi país había libertad de expresión. Me equivoqué” Anniken Jørgensen.

Poco a poco, y gracias al poder de difusión de la gente a través de sus redes sociales, la lucha de esta bloguera está obteniendo sus frutos, su blog es más seguido y sus denuncias son difundidas gracias a usuarios como tú o como yo. Gracias a esta presión, H&M ha dado el paso y le ha solicitado una reunión en su sede en Estocolmo (Suecia) y su denuncia de boicot mediático empieza a tener eco en varios medios de su país.

 Según denuncian el estudio Shop ’til they drop el salario mínimo para los trabajadores del textil en Camboya ronda los 80 dólares, una cantidad que inferior a lo aconsejable para vivir con garantías básicas de salud y alimentación. Los contratos suelen ser temporales y se van renovando de forma reiterada a lo largo del tiempo para evitar que los trabajadores se afilien a sindicatos (no son renovados si se asocian a colectivos relacionados con la defensa de los derechos laborales).

Si hace unos días hablábamos de cómo muchas veces somos los propios consumidores los que no queremos ver qué hay detrás de la industria alimentaria, también nos toca hablar de cómo han conseguido convertirnos en consumidores de ropa de usar y tirar. Todo ello orquestado según las “modas” que nos imponen renovar el armario cada temporada y gracias a la explotación a la que someten a millones de personas en todo el mundo para abaratar costes. Pero merecemos saber y que se difunda la verdad para ser clientes conscientes y rechazar ciertas prácticas.

Fuente: www.muhimu.es