El coreógrafo y bailarín estadounidense, y fundador de una de las compañías más prestigiosas del mundo, falleció hace una semana en un hospital de Nueva York a causa de una insuficiencia renal. Tenía 88 años. Ya retirado, su agrupación actuó en junio en el Municipal de Santiago. El fallecido coreógrafo, quien se retiró de los escenarios en 1974, creó 147 piezas junto a la «Paul Taylor Dance Company»
La decisión estaba tomada hacía meses. Quizás años, según algunos de sus más cercanos. Pero no se concretó sino hasta el 1 de julio pasado, cuando el bailarín y coreógrafo estadounidense Paul Taylor, de 88 años, anunció sin grandes aspavientos que la dirección de la compañía que había fundado en 1954 y una de las más prestigiosas del planeta, quedaría a cargo de Michael Novak, de tan solo 35 y quien fue formado en sus filas. Con el peso que significaba para sí mismo llevar el nombre de una de las grandes figuras de la danza moderna, Taylor puso fin a más de siete décadas dedicado a sacudir y a crear a través de su cuerpo, y a preguntarse una y otra vez dónde estaba el límite entre lo clásico y vanguardista, además de lo correcto.
Lo cierto es que ya casi no salía de su departamento en Manhattan. Desde la muerte de su ex pareja George Wilson en 2004, con quien convivió durante más de medio siglo y por el que aprendió a comunicarse en lengua de señas (Wilson era sordomudo), Taylor fue alejándose cada vez más de las luces y salas de ensayo. “Ya no salgo a ninguna parte”, contó hace tres años, en una de sus últimas entrevistas y en un popular café de Nueva York, desde donde ayer se supo de su deceso a causa de una insuficiencia renal que lo mantuvo hospitalizado algunos días.
“Paul Taylor fue uno de los grandes coreógrafos del mundo, y su fallecimiento entristece profundamente no solo a quienes trabajamos con él, sino también a personas de todo el mundo cuyos espíritus han sido tocados por su arte incomparable”, dijo Michael Novak, director artístico de la Paul Taylor Dance Foundation. “Estamos agradecidos por tu amor y apoyo a medida que comenzamos a continuar con tu legado con la mayor fidelidad y devoción”, añadió el intérprete. Premiado con la Medalla de la Libertad otorgada por el Presidente Bill Clinton en 1992, Taylor era al mismo tiempo uno de los artistas más prestigiosos de su país y del siglo XX.
Se presentó en el Teatro Municipal de Santiago
Recordando su Danza
fuente La Tercera