CV Galería, a través de su espacio expositivo Lab Cultural CV I, invita a recorrer la exposición “Pulsaciones, la expresión del corazón” de Mery Valdivia, artista de 41 años que presenta su primera muestra individual. Atraída desde su infancia por el arte, esta exposición refleja su trabajo y un camino espiritual que ha marcado su existencia.
Uno de los eternos debates es si un artista nace o se hace. Algunos de gran envergadura como Haring, Basquiat, Kahlo o Weiwei, han demostrado con nitidez que sin talento “de fábrica” es imposible desarrollar obras de valor artístico. Esa sensibilidad y comprensión del arte es un don, siendo una característica tan marcada y natural que florece cuando debe hacerlo, permitiendo plasmar visiones mágicas y creativas en un soporte sólido. Mery ha seguido ese camino, estudiando y fortaleciendo su talento, pero por sobre todo, siguiendo su intuición a través de sus experiencias de vida.
Su trabajo, ligado a la corriente expresionista, propone manifestaciones en donde sus emociones, vinculadas a su extenso camino espiritual, plantean descripciones y aspectos críticos de la sociedad, desde la vida urbana, la esencia del individuo, la representación de las apariencias o las relaciones familiares, entre otras, predominando el instinto por sobre la racionalidad.
De esta forma, Valdivia se opone a una composición deliberada, promoviendo el valor de la percepción y la improvisación en sus trabajos. A su vez despoja de objetos, idealizaciones o cualquier objetivación, con cierto dramatismo, exponiendo sensaciones que van desde la euforia y la alegría, hasta la angustia y la ausencia, pese a la aparente luminosidad de sus creaciones. De esta forma logra indagar sobre los sentimientos primarios, el mundo onírico y el universo, favoreciendo la distorsión y la tensión entre la realidad y lo percibido en el mundo que circunda su obra.
Coloridas composiciones, fundamentadas en los registros Akáshicos, término que proviene del sánscrito “akasha” y se refiere al quinto elemento, el éter, “la Fuente”, que contiene todas las experiencias del alma. Ya sea en grandes telas, papel, murales o intervenciones, dan cuenta de su mundo interior, uno que ha recorrido un vasto periplo, incorporando sus dos conexiones: el arte y la meditación.