Viene el Imperio de «La Moda de la no Moda»

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Por imposición de la tecnología y de una ciudadanía en línea con todos pero individual, la moda arbitraria basada en dos temporadas está dejando fuera de las pistas al diseñador todopoderoso. En Chile hasta las boutiques están en retirada: la llevan las Ventas de Taller y las cooperativas de diseñadores nacionales.

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Los «fashionistas» del mundo, liderados por el Council of Fashion Designers of America, han anunciado desde las tribunas neoyorquinas de este 2013 la muerte de la era de la moda. El imperativo de internet «all around» entierra las tendencias, e instala el reinado personal: «La popularidad del ‘estilo callejero’, donde hombres y mujeres dicen ‘haré lo que me gusta’, reemplaza actualmente a los grandes estilistas. Unos pueden estar más in que otros, pero estar out es una forma de contracultura que es lo más top en una sociedad contemporánea. Los especialistas pasaron a ser más descifradores de estilos que árbitros», asegura el director creativo de Elle, Joe Zee. Hoy nada está prohibido, ni menos deshilvanado de un propósito expresivo: «El tema de la moda lejos de ser un asunto meramente banal constituye un documento estético sociológico que da cuenta de las sensibilidades de una época y, al estar en la calle, es parte constitutiva de la res-pública», explica Adolfo Vásquez Rocca, Doctor en Filosofía y especialista en estética de diseño como crónica de época.

Históricamente, la ropa es la forma en que nos ven y nos dejamos ver. Las elecciones del vestir entre adultos-jóvenes y adultos en Chile, por ejemplo, rescatan una multiculturalidad que Vidactual destaca desde sus rasgos etnicistas hasta la silicona sofisticada de la contemporaneidad europea. En la base de esas elecciones subyace el actual imperio de la seducción donde un sistema fetichista de la apariencia pasa a ser un instrumento de poder, porque siempre «alguien allá afuera te mira».Desde las cúpulas del diseño nacional irrumpe Juana Díaz, creadora de «Telas del Futuro», un proyecto alineado con el comercio justo y que mezcla retazos textiles aplicando una técnica transferida de los principios del vitraux . Su propuesta aporta una clara distinción entre moda y estilo e instaura una nueva manera de comercialización: las exitosas «Ventas de Taller» como la que recientemente convocó una agrupación de diseñadores en el barrio Italia.

«El estilo no se crea. Hay personas que nacen con él y les resulta fácil expresarlo, otros crean, a partir de las sugerencias que observan en las colecciones, un sello propio que puede estar influenciado por cada creador. Pero básicamente se trata de tener una relación agradable y concordante con la indumentaria que no puede ser algo forzado». Agrupados en Moda Chile (http://modachile.org/), los diseñadores nacionales representan un movimiento que lentamente va tomando cuerpo en las preferencias del vestir. Gabriel Zamora es otro integrante que propicia el diseño de autor desde la trinchera masculina: «En lo personal, entiendo que estilo es todo lo que sea muy marcado. Me gusta la idea de la ropa para la vida, no para la temporada; está bien comprar el color ‘que se usa’, siempre y cuando tengas por otro lado los más básicos cubiertos».

 

Agrupados en Moda Chile, los diseñadores nacionales representan un movimiento que va tomando cuerpo. 

 

 

No pase de moda

Para sobrevivir con estilo personal en un mundo que puede ser crítico y observador, es bueno tener en cuenta algunos «tips» de fashion emergency .

Regla 1: Según el Council of Fashion Designers of America, ese look noble y estiloso se logra construyendo una opción personal que valorice lo que se ES, no lo que se QUIERE ser.

Regla 2: Lo individual respeta lo convenido como «de buen gusto»: a cualquier edad las chaquetas de cuero (o cuerina) presentan un marco estético; en ambos géneros, un collar puede ser significativo si habla de ti. Los zapatos muy altos solo para mujeres con piernas largas y que puedan caminar con ellos moviendo la cadera, no los hombros. La clásica y sencilla camiseta blanca ( t-shirt ) es el «guacamole» del buen estilo: le viene a todo y mejora lo que se le agregue.

Para Zamora se trata de mezclar con arte «los clásicos, y al resto darle un giro». «En mi caso, siempre mezclo ropa formal con otra más casual, como una chaqueta de cashmere con jeans gastados; o al revés, traje formal con camisas y zapatos más casuales. Busco elementos que tengan la sensación de uso, de ser muy tuyos y con historia. Nada peor que ser una maqueta de la revista de moda, todo muy nuevo y todo tan de moda son los indicadores de poco estilo personal».

El secreto más importante, confiesa, «es revisar todo ‘look’ frente a un espejo largo, ser honesto con el resultado y buscar ser una copia original de sí mismo, no lo que otros dicen que debemos ser».

 

Por Heidi Schmidlin para El Mercurio