
Hace algunos meses cuando estuve en España, recibí un bello regalo, coincidí de casualidad con las «Fiestas de San Lorenzo» en Huesca, y no solo eso, pude estar ahí justo en el día del desfile de la «Ofrenda de las flores y las frutas»
En éste desfile se reúnen familias de todo Aragon a traerles ofrendas de sus tierras a San Lorenzo, pan, flores, frutas etc… y todos le llevan un ramo de albahaca que es la tradición.
Mientras desfilan adornan el lugar con sus bellos y producidos vestuarios, con telas repletas de flores, encajes y color, quedé encandilada con tanto detalle.
El olor de la albahaca, el colorido desfile, la música, las jotas, las castañuelas y todo el público vestido de verde y blanco, me hicieron desconectar del mundo y sentirme como en un sueño.
Estas son de las cosas que hay que vivir más seguido en la vida, esas que llenan el alma, que tienen historia, que unen familias y alegran a la gente, todo con el fin de disfrutar y celebrar.
Una maravilla más de España que nunca me deja de sorprender con la cantidad de festivales, fiestas y tradiciones que se viven en cada ciudad. Agradecida y feliz de que sean mis segundas tierras, y sobre todo que mi tataratatara abuelo haya sido de Aragon.
Miren algunos de los increíbles vestuarios de las mujeres, hombres y niños del desfile de la «Ofrenda de las flores y las frutas» Las telas son telas… se preparan mucho en producirlos hay mucha dedicación.
La historia de las Fiestas de San Lorenzo
Los oscenses, vestidos de blanco y del verde de la florecida albahaca, se lanzan a la calle para vivir intensamente la fiesta. El lanzamiento del cohete desde el Ayuntamiento señala, a las 12 del día 9, el inicio de las fiestas. Un cohete cuya explosión esperan ansiosos los miles de jóvenes que abarrotan la plaza de la Catedral. Después, las cinco Peñas Recreativas recorren la ciudad en una cabalgata festiva junto con las mairalesas, representantes de barrios y peñas.
El 10 de agosto es el día grande, en el que los Danzantes bailan sus antiguos y hermosos dances de espadas, palos y cintas, primero ante la basílica de San Lorenzo y luego en procesión por las calles de la ciudad acompañando la peana del santo, cuyo busto-relicario data de fines del siglo XVI.
En el último día de las fiestas, el día 15, se le ofrendan al santo flores y frutos, en una vistosa exhibición de folclore y trajes tradicionales del Alto Aragón. Y por la noche son las Peñas las que despiden a su patrón ante las puertas de la basílica, entonando un canto común de lamento ante la inminente finalización de las fiestas.
Durante las fiestas se celebra la Feria Taurina de San Lorenzo. Cada tarde de toros los tendidos de sol, en los que se concentran las Peñas con sus charangas, constituyen todo un bullicioso espectáculo, que se repite cada día en las matutinas sueltas de vaquillas.
Día y noche las calles se convierten en lugar de encuentro de los oscenses y de quienes nos visitan en estos días. Conciertos, verbenas, animación de calle, espectáculos infantiles, atracciones feriales, actuaciones folclóricas… amenizan los distintos escenarios, y más tarde son los bares y el recinto de las Peñas los que continúan la fiesta hasta la salida del sol.
En 2005 las fiestas de San Lorenzo fueron declaradas de Interés Turístico Nacional, por sus valores culturales y las tradiciones populares que atesoran.

Vestuario femenino típico aragonés
El traje regional de Aragón para las mujeres cuenta con dos versiones: la de diario y la de gala. El primero, también conocido como «traje de campesina» consta de un refajo -que no se debe ver- cubierto por una falda de algodón y un delantal. En el torso, debe vestirse una blusa blanca también llamada chambra y un manto de algodón.
En el caso del traje de gala de las mujeres aragonesas, la falda pasa a ser de seda y se viste una blusa más prieta que puede ser de algunos otros colores que se conoce como «jubón». En cuanto al mantón, podrá ser de seda o manila con bordados hechos a mano
Las mantillas, alpargatas espardeñas, faldas con telas telas de bordados florales, moños postizos, turbantes y trenzas son algunos de los elementos que lleva el vestuario femenino aragonés.
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