Ley Dominga Chile, por un protocolo universal de atención medica en caso de muerte perinatal

“Una pérdida gestacional es algo muy duro a nivel físico y emocional, por lo que se necesita espacio, tiempo y apoyo social”

Por el bien de toda la sociedad  necesitamos que se apruebe la Ley Dominga, ley que exige  que haya un buen protocolo para la atención medica en casos de muerte perinatal, con un acompañamiento respetado, sea cual sea la edad gestacional de la guagua. Es a raíz de lo que he leído sobre esto,  que me motivé a compartir mi experiencia personal sobre una perdida,  para así hacer visible el ejemplo de como se pueden hacer las cosas bien, y también mostrar experiencias positivas que inspiren.

El año pasado me quedé embarazada y tuve una perdida en la semana 10 de mi embarazo aproximadamente, fue super triste, pero a pesar de eso sentí que me dejó un tremendo aprendizaje por la forma en que lo vivimos y como fuimos tratados por el profesional médico con el que decidimos atendernos. Me di cuenta que había perdido mi guaguita porque el doctor nos hizo una eco cuando fui a un control por exámenes, y fue ahí donde vimos que su corazón ya no latía, y junto con eso nuestro corazón se apretó y palpito muy fuerte. Sin embargo, a pesar de ser un momento sorpresivo y triste, la forma en que el doctor lo abordó nos  ayudó a tranquilizarnos un poco.

Esto era algo desconocido, no sabíamos nada, solo que la guaguita ya no estaba ahí. El doctor nos acogió en ese difícil momento con una sabia y acogedora conversación  que nos hizo entender y nos dejó más tranquilos. Nos dio todos los consejos necesarios, me preparó de forma física y sicológica para lo que venía, nos hablo del cuidado emocional que teníamos que tener, advirtiéndole a mi pareja como tenía que cuidarme,  que ambos teníamos que vivir este duelo juntos y también de forma personalizada, porque todos lo sentimos distinto. Me preguntó que como quería que fuera mi procedimiento, aconsejándome que dejara que pasara de forma natural, sobre lo que yo estuve muy de acuerdo, porque soy muy pro de que todo sea lo más natural posible (pero por lo que he sabido no a todas le preguntan esto).
La verdad que a pesar de la triste noticia, fue muy enriquecedor todo lo que hablamos con el doctor, el me advierte de primera que no me sienta culpable, que yo no tenía la culpa de nada de lo que había pasado, que me quedara tranquila con eso, que el cuerpo es sabio y que sabe detectar cuando algo no anda bien, así que me quedé más en paz porque finalmente el cuerpo es el que manda, así como el crea esa vida, es este el que tiene que seguir  fluyendo para continuar con esta linda tarea.  Durante ese tiempo de embarazo me di cuenta la magia que se genera en el cuerpo estando en ese estado, como todo se coordina y es tan perfecto para  empezar a crear una personita adentro, así que confié en el.

El doctor también me preparó para el proceso de perdida, el que  viví con mi pareja y rodeada de mi tribu de mujeres en la casa de la playa de toda mi vida, si no hubiera sido por toda esa preparación del doctor y su compañia constate  ( amanecía con mensajes del doctor preguntándome como estaba) no hubiera sido lo mismo, porque de verdad es algo fuerte,  físico y emocional, algo nuevo, y misterioso,  más aún  si pasa de sorpresa en algún lugar inesperado, lo que no fue mi caso, yo llegué preparada así que agradezco hasta el día de hoy por ello. 

Cuando le escribí al doctor al día siguiente que nos dio la noticia para darle las gracias porque de verdad que estábamos sorprendidos con lo sensible, humano y emocional que fue con nosotros,   me respondió con un muy lindo mensaje, con unas palabras que me emocionaron mucho por lo que  las he compartido con mis seres querido para transmitirlas, incluso con amigas que tuvieron  malas experiencias de perdida y les han servido. Porque creo que son un ejemplo, también las quise compartir aquí y hacerlas más públicas, para que no solo se muestre lo negativo en éste tema,  también hay un lado positivo de gente que hace las cosas bien, así que para que confiemos que esto puede mejorar. 

«Querida María Jesús, gracias por tus palabras. Me alegra que con Michael estén tranquilos y en paz. Cada hijo tiene una historia, y ésta siempre dejará una huella. Está en ustedes aprovechar este aprendizaje. Además me parece leer entrelíneas, que la llegada del hijo la entienden como un regalo y no como un derecho. Y creo que tienen razón, uno nunca merecerá bastante la llegada de una criatura, y verla como un regalo los ayudará a ser mejores padres. Por último, tú historia, tú cuerpo y tu espíritu, es el regalo que tú le haces a tu hijo, el tampoco la merece, la recibe como regalo. Esto debe dejarte tranquila de que el no pudo tener mejor madre que tú. Saludos cordiales» Doctor S.I.L Clínica Universidad  de Los Andes

En mi caso particular  me siento una persona muy  afortunada por la experiencia que tuve a pesar de ser un momento super triste, pero se  que no todas han tenido la misma suerte, por eso me pongo en la piel de otras madres que he leído  y me da mucha pena, creo que no puede seguir pasando, es por esto  que quise contar mi experiencia, para que confiemos que esto puede cambiar,   que hay que  tener consciencia para un buen acompañamiento en estas situaciones , para  así avanzar en esto que es tan  importante para toda la sociedad.  

Finalmente mi guaguita que partió fue pura luz, porque me hizo vivir un tema personal que estaba tratando de abordar hace mucho tiempo, que se resolvió después de esto, así que ese fue su gran regalo para mi vida, por algo estuvo ahí ese tiempo aunque fuera corto, significo demasiado, estoy muy agradecida. 

Hoy estoy embarazada nuevamente muy feliz, ya de 20 semanas y preparándome para traer a mi hijo al mundo de la forma más consciente, natural  y respetada posible. Porque creo que todo parte con el nacimiento, en la forma de nacer hay muchas respuestas de la vida. Ya hablaré más sobre todo este mundo que he descubierto, ya que me ha dejado impresionada la cantidad de pensamientos, y mitos que nos han metido en la cabeza sobre el embarazo y el parto, hay que aprender, investigar, es un largo tema para abordar en otra momento. 

Porque creo que si se puede respetar el proceso de perdida de un hijo en cualquier etapa del embarazo, y que deben existir los protocolos para que se viva de la mejor forma posible, ayudemos a transmitir  y hacer visible ésta realidad para que se apruebe la Ley Dominga.

Aquí les dejó unos artículos muy interesantes que hablan sobre todo este tema y más información sobre ésta ley que esperemos sea aprobada pronto

En Chile, pese a la importancia que tiene una correcta atención de salud para este tipo de duelos, no existen acompañamientos ni protocolos para las madres y padres que sufren la muerte gestacional o perinatal de su bebé. La propuesta de Ley Dominga –impulsada por Aracelly Brito Muñoz luego de la pérdida de su hija y de recibir “una cantidad de indolencias y falta de humanidad” en su proceso de duelo– es la única iniciativa que existe al respecto.

Esta propuesta pretende que todas las instituciones de salud, ya sean públicas o privadas, cuenten con un protocolo universal frente a la muerte perinatal, en donde haya un manejo médico y acompañamiento psicológico acorde para contener a la madre, principalmente, pero también al padre y al núcleo más cercano del nonato o neonato fallecido.

Y es importante, porque los estudios que se han hecho en esta área –nuevos, porque recién en 1952 se comenzó a hablar y a estudiar el concepto de ‘duelo perinatal’– apuntan a que los tabúes que existen en esta área son parte de la invisibilización de los procesos biológicos y los ciclos reproductivos de las mujeres (así como la menstruación, la lactancia, entre otros), que se hablan dentro del ámbito privado, como si se tratase de un problema personal y no público o incluso político.

La psicóloga clínica perinatal Pamela Labatut con la psicóloga clínica Leslie Power conversaron sobre esto en un Live por el Centro de Formación en Duelo Gestacional y Perinatal @dueloyarcoiris . “Las mujeres quedan en shock y no encuentran un lugar o una persona que pueda poner en palabras las sensaciones que están sintiendo. Hay un vacío en la salud (mental y ginecológica), que hace que este proceso se viva en una clandestinidad emocional”, dijo Leslie. Agregó que hoy el duelo perinatal existe en una suerte de secretismo, que está en la misma línea del aborto, y que se vive clandestinamente. “Se puede vivir en una clínica, en un hospital o en la casa, pero en una clandestinidad emocional porque no encuentra cabida en nuestra sociedad”.

El problema es que si la sintomatología que genera una pérdida se prolonga en el tiempo, ocupa las mismas características de una depresión endógena, por tanto tiene que ser tratado de manera holística. “Frente a la pérdida quedamos en un estado de negación, luego viene el shock y luego se empiezan a desencadenar una serie de pensamientos y emociones que dependen de la cultura donde vivimos, de la estructura de personalidad de cada mujer y de la psicobiografía o historia de esa mujer”, agregó Leslie.

Pamela aclara que en ese sentido, es importante no normalizar una manera “correcta” de vivir las etapas y emociones de un duelo. “Después del shock inicial, los procesos se viven de manera diferente. Se genera una inestabilidad emocional en la que podemos sentir rabia en la mañana, pena al medio día y culpa en la noche. La gente a veces piensa que al mes no debería sentir pena, pero si esa mujer justo en su biografía personal tiene ciertos rasgos que hacen que se maneje mejor en la pena, o al contrario, tiene un tema con la pena y le cuesta, entonces hay que mirarlo desde ahí y no estandarizar el punto de que se crea que todas, pasado cierto tiempo, ya no deberíamos sentir esta emoción”.

Una pérdida y su duelo impactan no solo a nivel físico, sino que también a nivel emocional, mental y espiritual, y por ello es de vital importancia tomarse muy en serio que los trastornos psicológicos en el duelo existen y es tremendamente necesario visibilizarlos por parte de las y los profesionales que acompañan a las mujeres, sus hijas e hijos y sus familias.

Pese a la importancia que tiene una correcta atención de salud para este tipo de duelos, lo cierto es que actualmente en Chile no existen acompañamientos ni protocolos para las madres y padres que sufren la muerte gestacional o perinatal de su bebé. Ahí es donde nace la Ley Dominga.

En la actualidad, una de cada cuatro mujeres embarazadas vive la pérdida de su bebé en gestación, de acuerdo a cifras de la Asociación del Aborto Espontáneo de Reino Unido. Otro importante grupo debe sufrir la muerte de su retoño durante el parto o en los primeros días de haber nacido. Pero, pese a que se trata de la vida de un hijo/a, lo cierto es que la gran mayoría atraviesa este duelo en silencio y sin acompañamiento, ya que por décadas se ha mantenido como un “tema tabú” del cual poco se habla.

“Todos empatizamos cuando alguien sufre una pérdida. Todos sabemos el dolor que se siente cuando alguien pierde a un ser querido. Todos sabemos que esa persona necesitará su tiempo, su espacio y sobre todo, el apoyo de su entorno más cercano. Sin embargo, hay un tipo de duelo que muchas veces pasa desapercibido, un duelo que es probable que alguien cercano a ti haya vivido y tú ni siquiera te hayas enterado… el duelo perinatal“, señaló Ainhoa Plata, psicóloga española especializada en ésta y otro tipo de terapias.

A grandes rasgos, el duelo perinatal es el proceso psicológico desencadenado por la muerte del hijo/a en el período que abarca desde su gestación hasta después de haber nacido. Lo anterior, sin importar la cantidad de semanas que tenga el bebé en el vientre, ya que este duelo dice relación con el sentir de la madre y padre más allá de la edad gestacional del nonato.

 

Fuente: La Tercera, BioBio
Collage: Sofía Valenzuela