Cuando fui con mis amigas me acuerdo que fuimos por el día, no se si hicimos una caminata muy larga, llegamos al lugar de la cascada donde no había agua pero si un lindo paisaje, paseamos por entre las de palmeras y recogimos coquitos. Con mi mamá y mi hermana fue más aventura, fuimos a acampar y decidimos hacer la caminata a la mina de cuarzo mientras íbamos paseando, no íbamos pensando en llegar ahí, en el camino nos entusiasmamos, no llevábamos nada para la energía, ni agua, por suerte había en el camino unas piletas con agua (agua que ahora dice que no es potable, así que ojo lleve su agua) así y todo seguimos avanzando porque queríamos llegar a la mina, fue larga la caminata pero lo logramos, en medio de la naturaleza bajo la mina había un bus tipo la película In to the Wild que nos preguntábamos como habría llegado ahí. Finalmente como no calculamos las horas terminamos bajando un poco a oscuras iluminadas por el celular, pero el camino era grande y cero difícil así que no hubo problema, lo pasamos demasiado bien! Esa vez el clima nos tocó medio nublado y aparecía el sol de repente dando una luz muy bonita. Fue un paseo que las tres nunca olvidaremos.
Éste domingo fui con mis Mikes con un día maravilloso! aunque super caluroso, fue lo mejor ir en esta época porque después de tanta lluvia, estaba todo demasiado verde y florido. Llevaba a Mike chico en la mochila así que el calor humano se sumaba al que ya había en el ambiente. Subimos hasta que ya no dimos más del calor, porque no queríamos exponerlo a él también a tanto sol. Increíble que estamos aún en invierno y parecía pleno verano, ( no se si recomiendo hacer este paseo en verano debe ser muy caluroso). Fuimos de paseo con mucha calma así que el guardaparque nos recomendó un trekking tranquilo, aunque la subida del camino hacia el núcleo palmar estuvo intensa, valió la pena porque se veía maravillosa la vista de todas las palmeras. Antes de eso pasamos por lugares más boscosos, húmedos, muy verdes, y lleno de flores, incluso cruzamos un pequeño riachuelo que no tenía mucha agua, en el que me dieron unas ganas locas de bañarme, pero no había mucho lugar. Después llegamos a una planicie con palmeras y algunos asientos para instalarse, así que ahí sacamos nuestro rico picnic, nos acostamos un rato en la tierra para pasar el calor y sentir la naturaleza sanadora y pusimos al peque en el suelo donde se quedó feliz descubriendo la tierra, las ramitas y las hojas, la verdad es que el gozó demasiado!!!
Fue un día increíble, desconectados de la ciudad, y muy cerca de ella, así que muy fácil para escaparse sin tanta organización. Pudimos hacer un poco de ejercicio, disfrutar y mostrarle al pequeño Mike la naturaleza linda que tiene Chile , y ver las palmas chilenas preciosas que forman un paisajismo natural soñado. Lo recomiendo, hay paseos para todos los niveles y de verdad se disfruta muchísimo, aquí les dejo datos específicos de cómo llegar, más abajo datos sobre el lugar, las palmas chilenas y más…