La artista María del Pilar Véjar Sepúlveda presentó su bello trabajo realizado con crin de caballo en la Bienal Internacional de Artesanía y Creación Révélations, que organiza el sindicato Ateliers d’Art de France y que se realizó en el Grand Palais Éphémère de París.
Un orgullo para el país y para el patrimonio nacional el logró de la artesana María del Pilar Véjar Sepúlveda, campesina del pueblo de Rari, de la comuna de Colbún (Maule), y a quien a los 8 años de edad su madre le enseñó a tejer con crin de caballo (el pelo de la cola del animal) y hoy llegó con su bello trabajo a exponer en París.
Lo primero que hizo cuando empezó a trabajar el crin fueron círculos, y ya con el tiempo fue adquiriendo las destrezas que le permitieron convertirse en la gran maestra artesana que es hoy. Su destacado trabajo la ha llevado a participar en las principales ferias y muestras artesanales del país, pero este año llegó más lejos participando en la Bienal Internacional de Artesanía y Creación Révélations de París.
Junto a Paula Corrales, Mitsue Kido y el apoyo de Indap, fundaron el proyecto de diseño Lamps From Chile que vincula la artesanía tradicional con el diseño contemporáneo. La colección de lámparas Crin Weaving Color 2022, formaron parte de la muestra nacional que se exhibió en la bienal y cuya curatoría estuvo a cargo de Romain Juilha.
Con el apoyo del Área de Artesanía del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Marca País y la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería, nuestro país participó en la bienal con las obras de 15 artistas, muchos de los cuales presentan por primera vez su trabajo en este certamen internacional y también fuera de nuestras fronteras.
María del Pilar fue la única de su familia que se dedicó por entero a la artesanía en crin y gracias al trabajo de sus manos y a la agricultura, logró sacar adelante a sus cuatro hijos. Dice que un momento importante en su vida fue cuando se hizo usuaria de Indap, como integrante del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) recibió apoyo para su labor agrícola y como artesana participó en varias ferias. Hoy, en su Taller Las Tres Marías, ubicado en Santa Rosa de Panimávida, a 3 kilómetros de Rari, no para de desarrollar su creatividad. Sus manos crean mariposas, brujas, damas, marcadores de libros y copas, aros, portavasos, prendedores y collares, en un proceso similar al tejido del mimbre
“Para mí es un orgullo y me emociona mucho que mi arte haya llegado tan lejos y que sea apreciado por gente de otras partes del mundo. Dios puso en mi camino a Paula Barrales y espero que me dé fuerzas para seguir haciendo lo que más amo”, dijo María del Pilar, quien contó que trabajó durante un mes y medio en el set de lámparas, con crin natural de tonos blanco y café y también con ixtle, fibra vegetal complementaria que se utiliza para darles mayor flexibilidad a las piezas.
Sobre su oficio, la artesana cuenta que en los años 60 todas las mujeres de su zona aprendían desde niñas a tejer en crin para aportar a la economía familiar: “Nosotros éramos ocho hermanos, cinco mujeres, y yo era la mayor. Como escaseaba el dinero, debíamos ayudar a mi mamá. Ella empezaba la urdiembre y nosotras seguíamos. Después los trabajos eran entregados a comerciantes a muy bajos precios. Fue una época dura”.
Con el paso del tiempo, tanto Rari como sus mujeres recibirían el reconocimiento que merecían: en 2010 la comunidad de artesanas fue distinguida como Tesoro Humano Vivo por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la Unesco, en 2015 el pueblo fue designado Ciudad Artesanal del Mundo por el World Crafts Council y en 2018 el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) otorgó el Sello de Origen a este ancestral oficio, único en el mundo.
fotos: Indap
fuente: biobio chile